Urdangarin tiene hasta el lunes para decidir dónde ingresará. Tiene que ser una cárcel española, que reúna condiciones de seguridad y probablemente de cierta discrección. Aunque la decisión final será de Instituciones Penitenciarias, la posibilidad de un ingreso voluntario da cierto margen de elección tanto a Urdangarin como a Torres.
El segundo elegirá un centro catalán. Las competencias están transferidas y el régimen penitenciario funciona de forma más ágil. Un ejemplo: Miquel Nadal, condenado a 12 años de cárcel, tiene ya el tercer grado en Cataluña mientras que Maria Antónia Munar, en Palma aún no ha disfrutado de permisos. Además, Torres tiene a su familia en Barcelona.
En el caso de Urdangarin, las consecuencias del procés hacen difícil que se plantee una cárcel catalana. Lo mismo que ha ocurrido con Matas. En España ahora mismo sólo tiene familia directa en Álava, donde viven su madre y hermanos, con los que tiene una relación muy estrecha: varios de ellos estuvieron apoyándole en el juicio. De ahí la posibilidad de la cárcel de Álava. La otra opción es una cárcel tranquila en torno a Madrid, como Ávila o en otro lugar. Ahí se ha barajado Menorca, una de las prisiones más pequeñas pero que tiene el problema de la falta de arraigo y las conexiones aéreas.
En el caso de Matas, ha elegido una cárcel de Madrid de gran tamaño y que tiene algún antecedente problemático, como una pelea multitudinaria hace un año entre reclusos taiwaneses y españoles. Sin embargo, evita presos vip que ahora abarrotan otros centros madrileños. En esa cárcel cumplió su condena el expresdiente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra.
2 comentarios
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Es que si los dejas libre ,,,huyennnnnn
Spañistan : donde ciudadanos sin juicio y por tanto,con la presunción de inocencia en vigor,están presos a centenares de km. de sus familias y,por otro lado,delincuentes corruptos con sentencia firme eligen prisión a la carta.Justicia igual para todos?