"Hay una cosa que haría de manera diferente. El 10 de octubre, habíamos planeado proclamar la independencia, pero decidí suspender los efectos concretos para dejar una puerta abierta al diálogo con el Gobierno español", señala en una entrevista con 'Tribune de Genève'.
Según indica, decidió anular la declaración por sugerencia de "fuentes directas del Gobierno español, su mediador y otros", y considera que actuó "de manera responsable" e "incluso arriesgada porque todos esperaban una proclamación efectiva".
A su juicio, optó por "dar la oportunidad de dialogar". "Desafortunadamente, fue una trampa porque no hubo una reacción positiva del Gobierno", asegura, al tiempo que añade que "si se hiciera nuevamente (el proceso), no suspendería la proclamación de la independencia".
El expresident ha viajado este domingo a Ginebra (Suiza) para participar en un debate sobre el derecho a la autodeterminación, ciudad donde se encuentra la exdiputada de la CUP Anna Gabriel.
Puigdemont también ha hablado sobre su futuro fuera de España. "Si el Estado español no comprende que debemos empezar a hablar y hacer política, si continúa la represión, la persecución criminal, tendré que quedarme en el exilio durante mucho tiempo", ha expresado el expresident, que no obstante, apunta que no es su "deseo".
Puigdemont también ha comentado que "nunca" se negó a aceptar que la independencia de Cataluña se llevase a referéndum en toda España. "Nunca me negué", ha afirmado el expresident, que ha puesto de ejemplo a Escocia y el Reino Unido, con el Brexit.
Igualmente, ha apuntado que la independencia "no es la única manera" para lograr la autodeterminación. "Estamos dispuestos a trabajar en otros modelos para llegar a un acuerdo", añade.
Por último, ha defendido que "nunca" ha estado en una "situación de ilegalidad" porque se puso a disposición de la justicia belga, por lo que niega tener "vocación de martirio".
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