Por una parte se ha estudiado reformar la Ley de la Presidencia para investir a Puigdemont a distancia, lo que refleja que no tiene intención de comparecer presencialmente ante la Cámara.
Por otra parte se explora una investidura de Puigdemont en Bélgica a través de una Asamblea de electos, que luego se intentaría ratificar en el Parlament sin la presencia del candidato, lo que también supone que el candidato de JxCat no volvería.
Sobre este segundo escenario, un documento interno de la CUP que se ha conocido este miércoles afirma que Puigdemont incluso está dispuesto a que en el Parlament sea investido un candidato de JxCat que no sea él.
Además, la CUP este miércoles se ha abierto por primera vez a que el candidato investido en Cataluña no sea Puigdemont, y ERC estudiaría esta propuesta si contara con el aval de JxCat.
Fuentes de JxCat consultadas por Europa Press admiten que no hay nada cerrado pero vislumbran un acuerdo cercano, mientras que fuentes de ERC coinciden en que todo está abierto pero ven el pacto más lejano.
En cuanto a la CUP, el mismo documento interno conocido este miércoles expone que consultará a sus bases cualquier principio de acuerdo al que llegue con la lista de Puigdemont y los republicanos.
Los tres grupos coinciden en que hay que reconocer a Puigdemont como el presidente legítimo de la Generalitat por considerar que fue cesado injustamente y porque luego lideró la lista soberanista más votada en las elecciones. Lo que deben acordar es cómo darle esta legitimidad, ya que ERC ha advertido de que, si no regresa, tratar de investirlo a distancia desde la Cámara abriría otro contencioso con el Tribunal Constitucional.
Para dar esta legitimidad a Puigdemont, uno de los planteamientos de JxCat es llevar una propuesta de resolución al pleno del Parlament -que no sería el pleno de investidura- sobre «el reconocimiento restitutivo del Presidente Puigdemont».
JxCat reclama que el reconocimiento de Puigdemont no sea un acto meramente simbólico, sino que puede ejercer de presidente desde el «exilio», y fuentes de ERC exigen que la propuesta que se ponga sobre la mesa sea viable, efectiva y que no abra un nuevo conflicto con el Estado.
Los tres grupos independentistas negocian por ahora sin límite temporal, ya que los letrados del Parlament aún no se han puesto de acuerdo en el informe que se les encargó para que digan si ya han empezado a correr los dos meses que tiene la Cámara para encontrar a un presidente.
El informe se esperaba para el martes; luego los mismos letrados expusieron que se entregaría este miércoles; pero por ahora siguen sin encontrar un texto de consenso que les satisfaga a todos. Fuentes parlamentarias explican que los letrados comparten que la cuenta atrás de dos meses no ha empezado, pero difieren en las vías a seguir para que la parálisis no se alargue 'sine die'.
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