Rajoy ha intervenido ante la Junta Directiva Nacional del PP para repasar los principales objetivos del nuevo año, entre los que se encuentra la normalización política de Cataluña tras haber tomado una medida "excepcional" como la aplicación del citado artículo constitucional.
El presidente ha explicado que el acuerdo del Senado que autorizó al Gobierno a intervenir en esa comunidad señala que las medidas dejarán de estar en vigor cuando "tome posesión el nuevo presidente". Para eso, ha subrayado, es necesario que el candidato esté presente y no cabe por tanto que sea investido Carles Puigdemont mientras siga huido en Bruselas.
Ha subrayado que el Gobierno recurrirá cualquier "suerte de trampa" para que Puigdemont sea de nuevo jefe del Ejecutivo catalán, pero más allá de las razones políticas y legales en contra de esa posibilidad, Rajoy ha dicho que es "un problema de puro sentido común".
Pese a las advertencias, el a añadido sin embargo que cree que se está imponiendo el "realismo" en la política catalana, uno de los objetivos al aprobar la aplicación del citado artículo constitucional. "Varios dirigentes importantes o han abandonado la vida política o sus responsabilidades políticas o han renunciado a la actuación unilateral", ha dicho.
Lo demuestra también a su juicio los avisos de los eventuales socios de gobierno de Puigdemont, en referencia a ERC, de que no hay margen para ser presidente a distancia. "El objetivo fundamental para los próximos tiempos de recuperar el realismo comienza a dar pasos en la dirección correcta", ha insistido.
CONSECUENCIAS PARA SU PARTIDO
Rajoy ha sacado pecho ante los suyos por la actuación del Gobierno y del PP en Cataluña, porque "han sabido articular un gran consenso nacional" en torno a la defensa de la soberanía y la unidad del país. Desde su punto de vista, los 'populares' han "sabido convencer" al PSOE y a Ciudadanos de la necesidad de aplicar el 155 cuando ninguno de los dos quería hacerlo, a fuerza de "escucharles" y también aceptar sus propuestas.
El resultado del 155, ha seguido su relato el presidente, es que ha quedado claro que la democracia española tiene instrumentos para defenderse y los usa, que el Gobierno "gestiona con eficacia" la administración catalana, donde se funciona con normalidad, que se han "desmontado algunas de las grandes mentiras" del secesionismo y que por primera vez en democracia en Cataluña ha ganado las elecciones un partido no independentista.
Pero si "la respuesta que ha liderado el gobierno" ha sido buena para España, ha admitido Rajoy, "acaso no lo haya sido para el PP" visto el resultado de las elecciones catalanas del 21 de diciembre. Pero el presidente ha reclamado a los suyos que piensen más allá de las autonómicas de diciembre, porque "el tema no puede limitarse" a un análisis de las elecciones.
Ha recalcado que se trataba de responder a "la crisis política más grave de la historia reciente de España", porque nunca antes se declaró la independencia de un territorio, y esa respuesta a juicio de Rajoy ha sido buena para el país.
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