El presidente del Gobierno Mariano Rajoy. | SERGIO PEREZ

El Gobierno de España ha advertido este miércoles al presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que "no va a negociar ninguna ilegalidad" ni "aceptar ningún chantaje", y le reclama que "retire la amenaza de ruptura" y "empiece a hablar con todos los partidos políticos catalanes cuyos derechos ha pisoteado".

"La negociación en democracia solo tiene un camino, el camino de la Ley. Si el señor Puigdemont quiere hablar o negociar, o quiere enviar mediadores, sabe perfectamente lo que debe hacer antes: volver a la senda de la Ley, que nunca debió abandonar", afirma el Gobierno en un comunicado difundido por Moncloa y que contiene algunos párrafos pronunciados por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el mensaje televisado este miércoles del presidente catalán.

En el comunicado, el Gobierno de Mariano Rajoy asegura que "todo el mundo le está pidiendo una rectificación que es inevitable", y reclama a Puigdemont evite "más daños y más fractura", argumentando que desde fuera de Cataluña se reclama un regreso a los cauces legales.

"Los partidos representados en el Parlamento catalán, las instituciones españolas, la mayoría de la sociedad catalana, los dirigentes europeos y también el jefe del Estado, es decir, todos los demócratas, están pidiendo al señor Puigdemont que ponga fin a este desafío, que vuelva a la legalidad y asuma que cada vez menos personas están dispuestos a acompañarle en esta deriva insostenible", defiende el Ejecutivo en el comunicado.

DEFENSA AL REY

Del mismo modo, el Gobierno ha rechazado "tajantemente" las críticas de Puigdemont al Rey Felipe VI en el mensaje de este miércoles, donde el presidente catalán ha cuestionado el tono del monarca y le ha reprochado haber decepcionado "a mucha gente en Cataluña".

Según el Ejecutivo español, Puigdemont "ha perdido esta noche la oportunidad de devolver a Cataluña a la senda de la convivencia y de la Ley", y "lejos de ello, ha seguido avanzando en su proyecto de radicalidad, aislamiento y desafío a las instituciones".

"A cada llamada a la sensatez, responde con un desplante. A cada nuevo dato sobre el daño que está causando a los catalanes, responde con otra ruptura. A cada petición de serenidad, responde con otra bravata contra la convivencia", añade el Gobierno en el comunicado de este miércoles.