En declaraciones tras la presentación del informe anual del organismo que gestiona las actas de la Stasi, la policía política de la Alemania oriental, Jahn consideró que sólo un «debate abierto y la confrontación con lo sucedido posibilitan el camino hacia la reconciliación».
«Esconder cosas bajo la alfombra no ayuda a que se dialogue al respecto» y «no es bueno para la sociedad», afirmó Jahn, que ejerce desde hace seis años de comisionado para los archivos de la Stasi, 111 kilómetros de actas que investigadores, periodistas y el público general pueden consultar.
A su juicio, se trata de establecer «quién fue responsable de qué», algo que «no siempre es fácil», y de registrar las «injusticias acaecidas» siempre en relación a nuestros estándares actuales de los derechos humanos.
Sobre las polémicas en torno a los nombres de ciertas calles, abogó por un debate «caso a caso» en el que no valen posiciones maximalistas: «A veces el mantenimiento de un nombre puede ser una buena excusa para provocar un debate sobre lo sucedido. Y a veces mantenerlo es una violación de los sentimientos de las víctimas».
No obstante, advirtió Jahn, este debate abierto en el seno de la sociedad «no se debe ver como un ajuste de cuentas».
«Esclarecimiento significa depurar los conflictos del pasado y hacer posibles las opciones de reconciliación», agregó.
Es importante que en el debate sobre la memoria histórica, señaló este experiodista y activista democrático en la Alemania comunista, se incluyan «los documentos de la dictadura» y se involucre a «los testigos», para contar con su «visión».
Jahn dedicó la conferencia de prensa a explicar los planes del Bundestag (cámara baja) para el futuro del organismo que gestiona las actas de la Stati, para el que se busca un emplazamiento definitivo y una reconversión en sus estructuras y funcionamiento.
Entre estas iniciativas se encuentra el proyecto para convertir la central de la Stasi en Berlín en un «Campus para la democracia» que incluya tanto las actas de la policía política como exposiciones históricas y un memorial a las víctimas de la dictadura comunista.
El objetivo es «lograr algo nuevo, pero manteniendo el núcleo de lo anterior», aseguró Jahn, que es «hacer justicia a las víctimas, esclarecer las causas y consecuencias de las injusticias y el reforzar la conciencia de la democracia y los derechos humanos».
2 comentarios
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El revanchismo imperante dificulta cualquier solución.Lo que ocurre es que la historia no se puede cambiar. Nos guste o no.
En España ya se ha visto que esto no es posible. Desde el momento en que, el partido mayoritario llamado PP, no ha condenado ni condena el franquismo, se pasa la ley de memoria histórica por el forro y se escuda en que en la guerra todos hicieron barbaridades ( obviando que la guerra duró 3 años y luego hubo una dictadura), queda claro que no hay ninguna gana por parte de la derecha de reconocer nada. Incluso en algunos lugares se están reponiendo nombres de calles que se habían quitado por franquistas. Spain is diferent.