Nacida en Valladolid en 1967 pero residente en Ourense desde hace más de 22 años, Rocío de Frutos hace gala de sus orígenes humildes -«me críe en una familia obrera y estudié siempre con becas», se presenta-, y entiende que el PSOE no puede permitir, por acción u omisión, que gobierne la derecha.
Rocío de Frutos, licenciada en Derecho e inspectora de Trabajo desde 1993 en Ourense, asegura que no se puede dejar pasar a un Gobierno que ha provocado que cientos de trabajadores de su ciudad hayan tenido que recurrir a los servicios sociales.
Por eso, asegura que su voto en contra del PP está «claro» y no se considera por ello «indisciplinada, ni una traidora». La dirección parlamentaria se ha puesto en contacto con ella, pero asegura que no han tratado de presionarla para que rectifique.
En declaraciones en el Congreso, Frutos ha explicado que tenía tomada esta decisión hace tiempo y que «la mantendría por siempre jamás» porque se presentó a las elecciones defendiendo unos «compromisos» con los «ciudadanos, los votantes y los trabajadores» que, a su juicio, no casan con las políticas del PP.
No se afilió para dejar pasar a Rajoy
«¿En qué momento hemos llegado a esta situación de tener que dejar que el PP gobierne cuando verdaderamente no tenía los apoyos para gobernar? Yo no lo entiendo y mi voto va a ser no», ha sentenciado, tras admitir que la dirección del Grupo Parlamentario se ha puesto en contacto con ella para conocer sus planes, pero en ningún momento la ha «amenazado» ni la intentando convencer porque, dicen, saben que no serviría de nada.
«Siento si causo algún tipo de quebranto, pero yo no puedo abstenerme para que gobierne un partido bajo cuyo mandato en los últimos años en Ourense ha habido cientos de trabajadores yendo a Cáritas», ha confesado, incidiendo en que ella se afilió al PSOE porque los socialistas tienen «una forma de ver la sociedad, los derechos y la vida muy distinta a la del PP».
La diputada gallega ha hecho hincapié en que no se siente una persona «indisciplinada» y en que, de hecho, ha votado cosas «con dolor» desde su escaño para ser fiel a la disciplina de voto, pero defiende que este es un caso excepcional. «No es una cuestión de conciencia, es una cuestión política; yo políticamente pienso que el PSOE no ha venido a esta sociedad a esto», ha remachado.
Frutos asume que ella está «una situación privilegiada» porque no forma parte de la estructura orgánica del partido y es una mera «militante con escaño». Y también adelanta que si el partido la castiga con la expulsión se irá «sin armar ruido».
Si me echan, me iré sin hacer ruido
«Si ellos consideran que soy una persona que no puede aportar a la organización ellos verán lo que hacen. Yo me volveré a mi puesto de trabajo sin armar nada ni escándalo. Me dolería, porque me considero socialista, pero no voy a causarles en este punto ningún problema», ha garantizado.
Pero, a su juicio, y así intentará ponerlo sobre la mesa en la reunión que el Grupo Socialista va a celebrar antes del inicio del debate de investidura, el partido debería plantearse que se abstuviera sólo el número mínimo de diputados para facilitar la investidura de Rajoy.
«Yo pienso que a cualquier socialista hoy se le va a partir el corazón, a mi se me va a partir pero voy a votar no», ha explicado, criticando, por considerarlo «prepotente», que se obligue a todos los miembros de bancada socialista a abstenerse uno a uno cuando con sólo once abstenciones se lograría el mismo fin que acordó el Comité Federal en una votación «reñida». «Hay que ser un poco más pragmático ¿por qué para conseguir el mismo fin tomas la medida más dolorosa?», se lamenta la diputada.
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