La Audiencia de León acoge desde este lunes uno de los juicios más mediáticos de este año que sentará en el banquillo a Montserrat González, su hija Triana Martínez y la policía local Raquel Gago, acusadas de acabar con la vida de la que fuera presidenta de la Diputación y del PP provincial, Isabel Carrasco.
Los hechos justiciables que se imputan a estas tres mujeres pueden ser constitutivos de un delito de asesinato con alevosía en concurso con un delito de atentado y un delito de tenencia ilícita de armas. El juicio oral comienza este lunes y se realizará por el procedimiento del jurado, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).
Para cubrir este juicio, que está previsto que se prolongue durante casi un mes, hasta el 17 de febrero, están acreditados más de cien periodistas de más de 30 medios de comunicación locales, regionales y nacionales de prensa, agencias, radio, televisión e internet.
La constitución y selección del jurado se realizará este lunes. Las primeras sesiones estarán dedicadas a interrogar a las tres acusadas. El martes, 19 de enero, será interrogada Montserrat González y el miércoles, 20 de enero, será el turno de Triana Martínez y de Raquel Gago.
Según recoge el auto del magistrado presidente del Tribunal del Jurado de este caso, los hechos objeto de la presente causa se remontan al 12 de mayo de 2014, sobre las 17.15 horas, cuando Isabel Carrasco caminaba sola por la pasarela peatonal sobre el río Bernesga y Montserrat González «la venía siguiendo a poca distancia».
En un momento dado, Montserrat se acercó a Isabel Carrasco «con intención de matarla, por detrás, sin que ésta última lo pudiera advertir y sin que pudiera defenderse» y «poco antes de llegar a la parte superior de la pasarela, a escasa distancia, y por la espalda, le efectuó, con un revólver que llevaba, cuatro disparos de los que tres la alcanzaron».
REMATADA EN EL SUELO
El primero de estos disparos impactó en la parte media de la espalda de la víctima, afectando al ventrículo izquierdo del corazón y, después, Montserrat González, «para rematarla y tras agacharse sobre Isabel que había caído al suelo», efectúo otro disparo «en la mejilla izquierda» de la víctima y un último tiro que le dio en la parte posterior de la cabeza.
El auto judicial añade que el primer y el tercer impacto de bala causaron «heridas mortales de necesidad» que provocaron la muerte «casi inmediata» de la víctima por un «shock hipovolémico y destrucción de centros nerviosos superiores».
Después de efectuar los disparos, según el auto, Montserrat González introdujo el arma en un bolso y volvió sobre sus pasos, dirigiéndose hasta el pasadizo existente entre la plaza del Mercado de Colón y la avenida Gran Vía de San Marcos, donde se despojó de la parka, gorro, guantes y gafas y entregó el revólver, pañuelo y bolso a su hija Triana Martínez, que allí la estaba esperando «como habían acordado».
Por su parte, Triana Martínez introdujo el bolso que le había dado su madre en otro bolso grande de lona, que le había prestado su amiga Raquel Gago, agente de la Policía Local de León, durante la pasada Semana Santa.
Poco después, sobre las 17.25 horas, Triana se encontró en la calle Lucas de Tuy, a la altura del entronque con la calle Sampiro, con Raquel Gago, que «se hallaba esperándola allí, según lo acordado previamente», y al verla pidió a ésta que le abriera su coche, allí aparcado, donde introdujo el bolso grande que, a su vez, contenía el otro bolso que su madre le había dado con el revólver y el pañuelo, para que la segunda los ocultara «como habían acordado».
SEGUIMIENTOS PREVIOS DE LAS TRES
El auto también señala que Montserrat y su hija Triana «habían realizado anteriormente seguimientos» a Isabel Carrasco «con el fin de preparar su muerte» y que Raquel Gago «había participado también en los seguimientos que las otras dos habían hecho a la fallecida para acabar con su vida».
Según el magistrado que ha elaborado estos hechos justiciables, la muerte de Isabel Carrasco se produjo por la «animadversión» que las acusadas Montserrat y su hija Triana sentían hacia ella, a la que culpaban de utilizar su posición como presidenta de la Diputación Provincial de León y del Partido Popular leonés para perjudicar a la segunda de ambas cuando trabajó en la Institución provincial y por reclamarle después diferencias salariales por dicho trabajo.
En cuanto a la participación de la agente de policía local en los hechos, el escrito judicial dice que mantuvo en su poder el arma «sin decírselo a nadie» hasta que, sobre las 19.20 horas del día 13 de mayo, llamó a un policía nacional diciéndole que había encontrado el arma «casualmente en su coche, en el suelo de la parte posterior derecha, detrás del asiento del copiloto».
Además, afirma que Raquel Gago «conoció los propósitos homicidas de las otras dos acusadas y colaboró con ellas por amistad hacia Triana, con la que hablaba casi todos los días y sabía, por ella, de la enemistad que sentía hacia Isabel Carrasco».
3 comentarios
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Las mujeres asesinas son tan malas como los hombres asesinos.El mal no tiene género.
Y no tenían otra foto más adecuada a la noticia?
En un país serio y democrático real, este juicio estaría ya hecho y sentenciado, y esas tipas cumpliendo lo q le correspondiera. Pero..ESPAÑISTÁN.