Becerreá, un municipio de la montaña de Lugo de apenas 3.000 habitantes censados, vive con expectación la posible llegada en las próximas horas de la que se ha convertido en su vecina más conocida, la auxiliar de enfermería Teresa Romero, la primera paciente contagiada de ébola fuera de Africa, quien este miércoles ha abandonado el Hospital Carlos III después de 30 días ingresada.
Una amiga de la madre de Teresa Romero que esta tarde se acercó hasta su domicilio comentó a los numerosos medios de comunicación apostados ante el inmueble que Jesusa Ramos le tiene la cama y la cena preparada. Cuando aún permanecía hospitalizada, su hija le había transmitido su deseo de «comer caldo y chorizos de la aldea».
Según esta mujer, que prefirió no dar su nombre a los medios, madre e hija han hablado y Teresa Romero le confirmó que ya salieron de Madrid y que ella y su marido vienen «de camino a Becerreá». Jesusa Ramos le expresó que está «deseando verla».
Por su parte, Becerreá mantiene su intención de nombrar a Teresa Romero hija adoptiva, según confirmó el alcalde, Manuel Martínez. No obstante, indicó que esperará a los próximos días para trasladarle formalmente esta propuesta porque la conocida vecina aún está reponiéndose y aún debe aceptar que se le realice este reconocimiento.
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