El encierro, que ha durado dos minutos y medio, ha estrenado ganadería, por lo que era una incógnita el comportamiento de los de Domingo Hernández Martín, que finalmente han ofrecido en un primer momento embestidas peligrosas pero que luego han protagonizado una carrera rápida y bonita.
La velocidad que han cogido los astados desde la salida de los corrales y los consecutivos embistes del que abría la manada hacia los lados en los que se encontraban los mozos han provocado numerosos momentos de tensión en el tramo de la cuesta de Santo Domingo, donde se han registrado los dos heridos por asta.
Los toros, tras subir la cuesta de Santo Domingo, han seguido rápido su carrera hacia la plaza del consistorio y Mercaderes. En la curva de Estafeta, la manada se ha agolpado hacia la pared izquierda, donde una de las reses ha quedado algo rezagada, y así ha llegado hasta la plaza acompañada por dos mansos.
El resto de la manada ha enfilado la recta de Estafeta unida y sin perder la velocidad, lo que ha hecho que hayan sido numerosos los corredores que han caído al no aguantar el ritmo de los animales, que sin embargo los han ignorado al saltar sobre ellos.
Las caídas han sido más numerosas en la segunda mitad de la calle Estafeta, donde también la presencia de corredores era muy superior, igual que en el tramo de Telefónica y el callejón de acceso a la plaza, en el que varios mozos han quedado caídos en el centro del recorrido.
La entrada al coso no ha registrado ningún incidente y las reses se han dirigido a los chiqueros acompañados de los dobladores.
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