El tramo 741 de la Via Catalana, la gran cadena humana que ayer cruzó todo el litoral catalán a favor de la independencia, fue el lugar reservado para ubicar al centenar de mallorquines, vinculados a la Obra Cultural Balear (OCB), que viajaron a Barcelona para celebrar la Diada de Catalunya. En un día lleno de referencias históricas y manifestaciones simbólicas, el tramo mallorquín estaba situado en una de las entradas del parque de la Ciutadella. Ahí se unieron decenas de mallorquines residentes en la capital catalana. Una comitiva de Esquerra Republicana de Mallorca, simultáneamente, se desplazó a Alcanar, el municipio más meridional de Catalunya, y a la localidad valenciana de Vinaròs para seguir la cadena.

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«Por la mañana hemos participado en la ofrenda floral de la Federació Llull, en la estatua de Rafael Casanova del centro de Barcelona y al mediodía hemos entregado en la Plaça Sant Jaume a Carme Forcadell, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, el manifiesto que se leyó en la plaza mayor de Palma el martes», explicó Tomeu Martí, coordinador de OCB.

El momento clave de la jornada tuvo lugar a las 17.14, una hora simbólica que recordaba la entrada de las tropas borbónicas en la ciudad de Barcelona el 11 de septiembre de 1714. A esa hora, miles de ciudadanos se enlazaron con las manos unidas, en un recorrido de unos 400 kilómetros.