Mariano Rajoy, en un mitin ayer en el pabellón municipal Rafael Florido de Almería. | Efe

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció ayer que su Gobierno va a seguir con la puesta en marcha de las reformas, aunque «con prudencia» y explicándolas, porque «la mayor irresponsabilidad» sería «no gobernar, no decidir, y no situarse en la realidad».

Recordó que antes de llegar al Gobierno anunció que había que hacer reformas para sentar las bases del futuro de España, y que tras dos meses al frente del Ejecutivo «estamos en ello», dijo, porque lo que necesita España es dar «un salto adelante, modernizarse, adaptarse al siglo XXI».

Progreso

«No podemos aplicar recetas del siglo XIX al siglo XXI porque nos quedaremos atrás. No es un problema de ideologías sino de sentido común, de hacer lo que es necesario, de adaptarse a la realidad que vivimos», apuntó Rajoy, quien añadió que no está dispuesto a que España «se quede fuera del progreso y no se adapte».

Apuntó que no son tiempos fáciles para muchísimos españoles, pero se mostró seguro de que «de ésta vamos a salir», y aunque va a costar, «tenemos que hacerlo -dijo- entre todos los españoles porque los gobiernos no lo pueden todo».

Tras advertir que el PP ya dijo antes de las elecciones que no tenía «una varita mágica y que iba a llevar su tiempo», recalcó que su Gobierno ha hecho muchas reformas. Recordó medidas como la operación de 35.000 millones para pagar a los proveedores porque «no podemos vivir en un país donde la Administración no paga» puesto que «nos acabaría hundiendo económicamente y no podemos gastar lo que no tenemos», y destacó que el pasado año las administraciones gastaron 90.000 millones más de lo que ingresaron. De igual forma, el presidente del Gobierno subrayó la ley de reforma del sistema financiero, o la reforma laboral, sobre la que solo dijo que servirá para «adaptarnos al mundo que vivimos» y para que no se repita lo ocurrido con el anterior gobierno.

«No podemos estar -señaló- en un país con cinco millones de personas que quieren trabajar y no pueden o los jóvenes no tienen oportunidades».