Esta estimación anticipada por el INE supone la ratificación del dato avanzado por el Banco de España el pasado 5 de agosto.
Según el INE, el crecimiento es consecuencia de la aportación «muy positiva» de la demanda externa, parcialmente compensada por la contribución negativa de la demanda nacional.
De acuerdo con lo adelantado por el Banco de España, el freno del crecimiento fue consecuencia del escaso consumo de los hogares, del descenso del gasto público y de la limitada inversión empresarial, principales variables de una demanda interna que no consigue remontar.
Para el supervisor, la evolución todavía negativa del mercado laboral, unida a la caída de la renta familiar, constituye un contexto poco propicio para el gasto de los hogares y la inversión.
Por esta razón, el avance económico fue posible por la aportación del sector exterior y fundamentalmente por la minoración de las importaciones, ya que las exportaciones crecieron a un menor ritmo.
Según la entidad, el menor empuje de la exportación se debe a la ralentización del crecimiento de las economías internacionales.
Es el caso de Alemania, uno de los principales mercados para la exportación española, que hoy anunció que en el segundo trimestre creció una décima, por debajo de las estimaciones oficiales.
A ello se suman los posibles efectos que sobre la economía real podría tener la inestabilidad en los mercados de deuda.
El INE publicará los datos detallados de la contabilidad nacional el próximo 26 de agosto.
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