La Bolsa española recibió ayer un correctivo similar al sufrido el pasado mes de noviembre, cuando la incertidumbre golpeó a los mercados ante la perspectiva de que Irlanda fuese la segunda economía de la eurozona a rescatar tras Grecia. El Ibex cerró en 9.942 puntos al apuntarse la mayor caída del año con un 2,77%. Uno de los valores más castigados era la banca, a la que Alemania quiere hacer participar «voluntariamente» en el rescate de Grecia exigiéndole que adquiera nuevos bonos del país cuando venzan los antiguos.

Además, la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes alcanzó los 284 puntos básicos. Así, el interés pagado superaba el 5,61%.

Por si fuera poco, el precio del petróleo se hundía después de que los 28 países miembros de la Agencia Internacional de la Energía anunciasen la liberación de 60 millones de barriles de sus depósitos estratégicos para paliar la falta de suministro libia.

La incertidumbre sobre la resolución del rescate de Grecia hizo caer en picado al Ibex 35 español que se ha dejado un 2,77% al cierre de la sesión perdiendo la cota psicológica de los 10.000 puntos. Arrastrado por el descalabro de la banca y con la prima de riesgo disparada hasta máximos anuales (284 enteros), el selectivo madrileño acusó el descenso de valores como BBVA (-5,46%) y Santander (-4,79%), que encabezaron las pérdidas, y acabó en 9.942 puntos.

Reticencias

Las reticencias de la oposición en Grecia de respaldar el segundo paquete de austeridad del Gobierno de Giorgios Papandreu y allanar el rescate de la UE, el BCE y el FMI exacerbaron la inquietud de los inversores sobre la resolución de la crisis helena, y agudizaron el castigo a los países periféricos.

Con estos mimbres cundieron las ventas en el resto de principales plazas europeas, aunque con menos intensidad que en Madrid, que se coronó 'farolillo rojo'. Milán se dejó un 2,7%, más que París (-2,2%), Francfort (-1,8%), Londres (-1,7%) y Lisboa (-1,6%).