Así lo ha manifestado Garzón ante el magistrado Alberto Jorge Barreiro, que instruye la querella presentada por el abogado Ignacio Peláez -que representa al empresario José Luis Ulibarri, uno de los imputados del «caso Gürtel"- y ante quien ha insistido en que al ordenar las escuchas su intención no fue «en ningún momento» la de conocer la estrategia de los letrados.
De esta forma, durante sus cuatro horas de declaración el juez de la Audiencia Nacional ha subrayado que con el auto por el que acordó intervenir las conversaciones no pretendió «limitar el derecho de defensa», sino averiguar el delito, «evitar la confirmación del mismo y la pérdida de los fondos».
A preguntas del fiscal ha explicado que los letrados estaban además «presuntamente dentro de la trama, coordinando la actuación y preparando la salida del jefe de la organización -Francisco Correa-, además de datos relevantes para la investigación».
Según el magistrado, «era lógico pensar» que los imputados en prisión «necesitaran de un enlace» para seguir realizando operaciones para mover el dinero de la trama fuera de España.
«Las iniciativas sólo podían salir de prisión, había movimientos de dinero y se corría el riesgo de perderlo, la única vía para evitarlo era la interceptación de las comunicaciones, puesto que los máximos responsables de la organización estaban presos», ha asegurado el juez.
Ha precisado además que, a la hora de ordenar las escuchas, ponderó «con arreglo a los principios de proporcionalidad y necesidad» el alcance de una trama de «gran complejidad», por lo que consideró justificada su decisión.
Para Garzón, existían indicios de que los imputados podrían hacer llegar a sus letrados informaciones que «podrían dar lugar a nuevos hechos delictivos o a ocultar delitos» relacionados con la investigación.
Con este objetivo acordó también la prórroga de las intervenciones una vez que ya estaban personados nuevos letrados -entre ellos Ignacio Peláez-, algo a lo que no se opuso la Fiscalía, de la que además atendió su petición de «expurgar» conversaciones relacionadas con el ejercicio del derecho de defensa.
Por último, a preguntas de las acusaciones populares, el magistrado ha recalcado que «absolutamente no» se utilizaron las conversaciones mantenidas entre Peláez y Ulibarri, ya que éste ya estaba en libertad y, por lo tanto, no se les pudieron intervenir.
Además de Peláez, están personados como acusación popular en la causa contra Garzón el presunto cerebro de la trama de corrupción del «caso Gürtel», Francisco Correa, y su número dos, Pablo Crespo, a cuyos abogados tampoco ha querido contestar el juez.
Peláez acusa al juez de presuntos delitos de prevaricación y contra las garantías de la intimidad por haber ordenado las escuchas, que fueron declaradas ilícitas el pasado mes de marzo por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que consideró que Garzón, al ordenarlas, vulneró el derecho de defensa.
4 comentarios
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Allà on pareix que no hi plou…. Moltes vagades no hi podem estar de goteres….
Pero esto es Ilegal, como siempre el PSoe saltabndose la ley a la torera
Hacer depender la justicia de las convenciones humanas es destruir la moral. La justicia es reina y señora de todas las virtudes, proclamaba Cicerón.En el caso del juez estrella Baltasar Garzón, contento porque su Barça está a punto de ganar la Liga y dolido con sus colegas que le están haciendo un traje a medida, está haciendo realidad lo que afirmaba Epicuro: "La justicia es la venganza del hombre social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje." Baltasar Garzón, con su fulgor estelar, ha deslumbrado a algunos de sus apagados compañeros, que no pueden soportar su protagonismo. Van a por él. Si su señoría es inocente, está escrito: LAS PRUEBAS PESAN MAS EN LA BALANZA DE LA JUSTICIA QUE LOS MAS ELOCUENTES DISCURSOS. Recuerde a Voltaire, señor Garzón, que le hizo un retratito a su medida: "Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más pronto o más tarde."
Por lo que leo, no es lo mismo juzgar que ser juzgado, ¿verdad? Espero que esa buena moda de hacer ver que pagan todos sin importar quien, se extienda pronto al feudo de ibiza.