La ciudad de Roma ha iniciado un operativo para retirar las pequeñas cajas de llaves que los propietarios de pisos turísticos dejaban a disposición de los huéspedes sin necesidad de un encuentro presencial. Agentes municipales y operadores de limpieza están recorriendo el centro histórico armados con enormes cizallas para cortar y confiscar estos dispositivos, que han sido declarados ilegales por las autoridades.

Durante años, estas cajas se han colocado en postes eléctricos, bancos e incluso cerca de monumentos y fuentes, convirtiéndose en un símbolo de la invasión del turismo masivo que ha afectado el centro de la ciudad. Esta medida busca frenar el impacto del alquiler turístico, que ha provocado la expulsión de los residentes locales, especialmente en zonas emblemáticas de la capital italiana. En Roma, actualmente se encuentran censados más de 34.000 pisos turísticos.

Con la nueva normativa nacional, los propietarios y gestores de estos pisos deben recibir a los huéspedes en persona para el check-in, dejando obsoletas las cajas de llaves. Esta medida tiene como objetivo regularizar la gestión de los alojamientos turísticos y restaurar el equilibrio en los barrios más afectados.

El Ayuntamiento de Roma ha habilitado un buzón telemático para que los ciudadanos puedan denunciar la presencia de estas cajas, enviando fotos y direcciones. En solo un día se han recibido 233 informes, lo que muestra la rápida respuesta de la comunidad ante la normativa.

Las sanciones por incumplir la medida pueden llegar hasta los 400 euros. Además, si las cajas se encuentran en edificios privados y no se identifica al propietario, la multa recae sobre el condominio.