La empresa estatal rusa Gazprom ya ha reducido considerablemente los volúmenes de suministro a través del gasoducto de 1.200 kilómetros entre Rusia y el norte de Alemania, alegando retrasos en las obras de reparación. Moscú atribuyó los retrasos a las sanciones impuestas por Occidente, argumento que fue rechazado por el canciller alemán, Olaf Scholz. El gasoducto sólo se utilizaba a un 40 por ciento de su capacidad, lo que provocó nuevas subidas de precios en el mercado del gas, según la Agencia Federal de Redes alemana.
Alemania teme que el corte sea definitivo
Alemania dejó de recibir gas ruso este lunes por el gasoducto Nord Stream, como estaba previsto por el gestor de la infraestructura para su mantenimiento, pero las autoridades de Berlín temen un corte definitivo y alertaron de una situación de emergencia si no se reanudan los envíos. El Gobierno alemán no quiso especular sobre lo que pasará después del día 21, fecha oficial en la que deberían acabar las tareas de mantenimiento y quedar restablecido el flujo de gas ruso, aunque reconoció que la situación es «tensa» y «muy seria». En una rueda de prensa ordinaria, Susanne Ungrad, portavoz adjunta de Economía, aseguró que «a fecha de hoy la seguridad del suministro está garantizada» y agregó que por el momento no se plantea declarar el próximo nivel en el plan de emergencia del gas, que implicaría la intervención del Estado en el mercado para regular el flujo. Desde el pasado día 23 está en vigor el nivel de alerta del plan de emergencia, declarado entonces ante la disminución del suministro procedente de Rusia y los elevados precios.
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