Más de cien personas, 135 según el último recuento, y unas 5.000 han resultado heridas debido a las potentes explosiones registradas el martes por la tarde en la zona portuaria de Beirut, según ha informado este miércoles el secretario general de la Cruz Roja Libanesa, George Kettneh, citado por la prensa libanesa.
Entre las víctimas de las explosiones hay ciudadanos extranjeros, tal y como han ido confirmando algunos gobiernos. Filipinas, por ejemplo, ha indicado que dos de sus nacionales han fallecido y otros once están desaparecidos.
La Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) ha indicado en un comunicado que «la enorme explosión» ha causado daños a uno de sus barcos anclados en el puerto y ha agregado que varios 'cascos azules' han resultado heridos, algunos de gravedad, y han sido trasladados a hospitales cercanos.
La Cruz Roja libanesa ha advertido de que el número de víctimas mortales podría seguir aumentando. Las autoridades libanesas han indicado que los servicios de emergencias aún buscan a unos cien desaparecidos entre los escombros.
Los trabajos de búsqueda y rescate de supervivientes han continuado a lo largo de la madrugada del miércoles pero con mayor lentitud debido a los continuos cortes de electricidad ocasionados por las explosiones.
Los vídeos que circulan en redes sociales muestran una fuerte explosión que dio lugar a una gran columna de humo, tras lo cual se produjo una segunda deflagración de mayor potencia. Las sacudidas pudieron sentirse en las vecinas ciudades de Tiro y Sidón e incluso en Chipre, a 240 kilómetros.
SIN CAUSA CONFIRMADA
Las causas de las explosiones aún se desconocen, si bien los medios locales han informado de que se produjeron en una zona donde hay almacenes con explosivos. En estos momentos, la principal hipótesis es que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio acumuladas en uno de estos almacenes ardieron por las precarias condiciones de seguridad en el lugar.
El director de Seguridad Nacional, Abbas Ibrahim, ha explicado que en el puerto se guardan los explosivos incautados por las autoridades portuarias de Beirut desde hace años, si bien ha insistido en esperar a las conclusiones de la investigación antes de adelantar causas.
El presidente libanés, Michel Aoun, ha anunciado la creación de una comisión de investigación que deberá entregar sus conclusiones en cinco días, así como de una célula de crisis para abordar las repercusiones de lo sucedido.
No obstante, el primer ministro, Hasán Diab, sugirió el mismo martes que podría tratarse de una acción deliberada al decir que los responsables «pagarán el precio». «Es una promesa a los mártires y a los heridos», afirmó.
Tanto el puerto como los barrios cercanos han quedado devastados. Las imágenes publicadas por la prensa libanesa muestran un enorme agujero en el lugar de las explosiones, mientras que los edificios aledaños han quedados destrozados. El Palacio de Baabda, sede de la Presidencia, también ha sufrido daños.
Las fuerzas de seguridad han tenido que acordonar la 'zona cero' para evitar que las familias se acerquen a buscar desparecidos, que los residentes en viviendas cercanas vuelvan a sus casas y para impedir saqueos.
LUTO NACIONAL
Diab ha decretado este miércoles como jornada de luto nacional en homenaje a las víctimas ante lo que ha descrito como «una catástrofe», mientras que el Alto Consejo para la Defensa ha declarado el estado de desastre para la capital libanesa.
Por su parte, Aoun ha abogado por declarar el estado de emergencia durante dos semanas y ha anunciado tres días de luto nacional y la liberación de fondos para hacer frente a la situación, incluida la entrega de dinero a los hospitales y el pago de compensaciones.
Las autoridades libanesas han solicitado la ayuda internacional para hacer frente a una situación de desastre. Los primeros en reaccionar han sido los países de la región. Así, Qatar y Kuwait han anunciado ya el envío de insumos médicos, mientras que Egipto y Jordania se han mostrado dispuestos a ayudar en lo necesario.
Desde Irán, el ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, ha resaltado que, «como siempre, Irán está totalmente preparado para entregar ayuda de cualquier forma necesaria». «Nuestros pensamientos y rezos están con el gran y resiliente pueblo de Líbano», ha escrito en Twitter.
Fuera de Oriente Próximo, Estados Unidos y Francia también han ofrecido ayuda, mientras que el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, ha mostrado la «plena solidaridad» del bloque comunitario con Líbano.
En esta misma línea se ha expresado el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que ha trasladado sus «profundas condolencias» a las víctimas y sus familias, así como al pueblo y al Gobierno de Líbano tras las «horribles explosiones» en Beirut.
«Naciones Unidas sigue comprometida con apoyar a Líbano en estos momentos difíciles y está asistiendo de forma activa en la respuesta a este incidente», ha declarado el viceportavoz de Guterres, Farhan Haq.
ISRAEL NIEGA CUALQUIER RESPONSABILIDAD
Por su parte, fuentes oficiales israelíes han negado cualquier vínculo del país con lo sucedido, que ha tenido lugar en medio del incremento de las tensiones entre Israel y el partido-milicia chií Hezbolá.
Los ministros de Defensa y Exteriores de Israel, Benjamin Gantz y Gabriel Ashkenazi, respectivamente, han recurrido a mediadores internacionales para ofrecer ayuda humanitaria y médica a Líbano, de acuerdo con el diario israelí 'Haaretz'.
El Hospital de Galilea en Nahayira se ha ofrecido este miércoles para tratar a las víctimas de las explosiones. «Solo queremos echar una mano. Quienes vengan recibirán tratamiento», ha asegurado en la Radio del Ejército el director de este centro médico de Israel, Masad Brahoum, citado por DPA.
Fuentes de Hezbolá citadas por la cadena de televisión libanesa han descartado asimismo que el incidente tenga relación con un eventual ataque por parte del Ejército de Israel.
El partido-milicia ha emitido un comunicado en el que ha expresado su «profundo pesar por esta tragedia nacional» y ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas políticas de Líbano a «unirse para superar las consecuencias de esta dura prueba».
Hezbolá ha aprovechado igualmente para informar de que movilizará «todas sus capacidades» para «proporcionar asistencia a los libaneses que lo necesiten».
CRISIS EN LÍBANO
Las explosiones han tenido igualmente lugar en un momento en el que país atraviesa una grave crisis económica --la peor desde la guerra civil (1975-1990)-- y se teme que la destrucción ocasionada por las mismas impacten directamente en los trabajos de importación de alimentos y otros productos básicos.
En este sentido, el Consejo Supremo de Defensa ha ordenado la importación del trigo perdido a causa de las explosiones y que se lleven a cabo preparativos para que el puerto de Trípoli pueda llevar a cabo las actividades de importación y exportación.
Diab hizo recientemente un llamamiento a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE) para crear un fondo de emergencias para ayudar a que Oriente Próximo no sufra una grave crisis alimentaria, un extremo que reconoció como una posibilidad.
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