El trabajo, publicado en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicinese, ha sido probado durante la semana del pasado 18 de febrero en 12 pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) grave relacionado con la infección por el nuevo COVID-19 y asistidos por ventilación mecánica.
Durante el trabajo los pacientes estuvieron en esa postura durante un día cuando tenían niveles bajos de oxígeno en sangre. Esto se midió, según los investigadores, "junto al volumen pulmonar y la presión de la vía aérea, mediante dispositivos colocados en los respiradores de los pacientes, y junto también a la aireación de sus vías respiratorias".
De los 12 pacientes, siete recibieron al menos una sesión de posicionamiento boca abajo, otros tres también se colocaron así pero recibieron soporte vital para reemplazar la función pulmonar y cardiaca, y otros tres fallecieron. El resultado ha sido, según los investigadores que, "los pacientes que no se situaron boca abajo tuvieron una deficiente capacidad pulmonar, mientras que los que alternaron la posición boca arriba y boca abajo mejoraron este parámetro".
Este trabajo "es la primera evidencia del comportamiento de los pulmones en pacientes con coronavirus grave que requieren ventilación mecánica y reciben presión positiva, y demuestra que algunos no responden bien a esta presión y sí cuando se les coloca mirando hacia abajo".
Al mismo tiempo, los investigadores también son conscientes de que son solo un pequeño número de pacientes. Sin embargo, aseguran que el estudio "muestra que muchas personas pueden estar expuestos a más daño que beneficio al tratar de aumentar la presión, ya que el pulmón puede mejorar cuando el paciente está boca abajo".
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.