Al menos 105 personas han muerto solo en una explosión, la ocurrida en la iglesia de San Sebastián, en la ciudad de Negombo, al norte de la capital. Otras 27 han fallecido otra de las explosiones, en la iglesia de Sión, en Batticaloa (provincia Oriental del país). La tercera detonación ha ocurrido en la iglesia de San Antonio, en el distrito de Kotahena, en la capital, Colombo, y ha dejado al menos 46 fallecidos.
Los tres hoteles afectados son el Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La, todos ellos en la capital, Colombo, y todos de categoría cinco estrellas. De momento no se han dado a conocer cifras de víctimas en estos tres atentados.
Ningún grupo ha asumido la responsabilidad de los ataques, aunque desde el Gobierno se asegura que «los culpables han sido identificados», según el ministro de Defensa, Ruwan Wijewardene, sin dar más detalles.
DOS EXPLOSIONES MÁS
Además, al menos tres policías han muerto en la explosión registrada este domingo en el jardín zoológico nacional de Dehiwala, a 10 kilómetros al sur de Colombo, según ha confirmado la dirección del hospital de Kalubowila al medio nacional News First.
Dos de los fallecidos murieron cuando estaban recibiendo atención médica. También se tiene constancia de varios heridos, pero todavía no se ha dado a conocer su cifra exacta.
Se trataba de la séptima explosión del día en Sri Lanka hasta que minutos después ocurrió una octava detonación, en el distrito de Dematagoda, en el este de la ciudad, sin que por el momento se tenga información sobre víctimas.
La Policía está realizando una búsqueda en los alrededores de la zona de la detonación tras recibir informaciones de que podría haber más explosivos en el lugar.
TOQUE DE QUEDA
El Gobierno ha declarado un toque de queda nacional por los atentados, adelantada con efecto inmediato, después de que fuera fijada en principio a las 18.00 (las 14.30 en España) hasta las 06.00 del lunes (las 02.30 del lunes en España).
Asimismo, el Gobierno ha anunciado un «apagón» de las redes sociales y servicios de mensajería en todo el país. Facebook y WhatsApp se encuentran actualmente bloqueados.
La Policía ha instado al público a permanecer en sus casas y que no se congreguen bajo ningún concepto en las zonas próximas a las detonaciones ni en los hospitales donde los heridos están recibiendo atención médica.
El presidente del país, Maithripala Sirisena, ha comparecido en un breve discurso ante la nación para expresar su consternación por las explosiones y pedir calma a la población, mientras que el primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, ha convocado una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad Nacional en su residencia particular.
«Condeno enérgicamente los cobardes ataques perpetrados hoy contra nuestra gente y pido a todos los ceilandeses que permanezcan unidos y fuertos en este trágico momento», ha lamentado el primer ministro en su cuenta de Twitter. «Por favor, evite propagar informes y especulaciones no verificados. El Gobierno está tomando medidas inmediatas para contener esta situación», ha recomendado.
Todas las escuelas del país permanecerán cerradas el lunes y el martes, según ha confirmado el Ministerio de Educación.
ATAQUES A CRISTIANOS
De acuerdo con el censo nacional de 2012 del país, un 9,7 por ciento de los 22 millones de ceilandeses son cristianos declarados. La mayoría de la población del país, un 70 por ciento, son budistas, mientras que un 12,6 por ciento son hindúes reconocidos.
En 2018 se registraron al menos 86 casos de discriminación, amenazas y violencia contra los cristianos de Sri Lanka, según la Alianza Evangélica Cristiana del país (NCEASL), que representa a más de 200 iglesias y otras organizaciones cristianas.
Este año, la misma organización registró 26 incidentes de este tipo, incluido uno en el que supuestamente monjes budistas intentaron interrumpir una misa dominical.
En su informe de 2018 sobre los derechos humanos de Sri Lanka, el Departamento de Estado de EEUU constató que algunos grupos cristianos e iglesias informaron que habían recibido presiones para poner fin a las congregaciones, que en algunos casos las autoridades llegaron a describir como «reuniones no autorizadas».
El mismo informe apuntó que los monjes budistas intentan, de manera habitual, cerrar los lugares de culto cristianos y musulmanes.
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La religión de la paz y el amor?