Las victorias de las dos demócratas, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, se anuncia en una noche electoral en la que varios miembros de múltiples grupos minoritarios han tenido la oportunidad de votar por primera vez.
En Minnesota, Omar, de unos 36 años y ciudadana nacionalizada estadounidense, sigue la estela de otro pionero: el congresista estadounidense Keith Ellison, quien en 2006 se convirtió en el primer musulmán electo al Congreso y se retiró para postularse como fiscal general del estado.
La mujer de Mineápolis hizo campaña promoviendo las políticas del ala más liberal del Partido Demócrata: atención médica universal, matrícula universitaria gratuita y viviendas públicas. «No esperaba venir a Estados Unidos y encontrar en la escuela niños que estaban preocupados por la comida como yo en un campo de refugiados», dijo Omar en una entrevista en octubre. La nueva congresista pasó cuatro años de su infancia en un campamento de refugiados en Kenia.
Hace dos años, se convirtió en la primera somalí estadounidense en obtener un escaño en el Parlamento de su estado, el mismo día en que el republicano Donald Trump ganó la presidencia después de una campaña en la que abogó por impedir la entrada de musulmanes a Estados Unidos. Omar también será la primera parlamentaria estadounidense en usar un hijab o pañuelo islámico en la cabeza.
Tlaib, de 42 años, también tiene amplia experiencia superando barreras. En 2008 se convirtió en la primera mujer musulmana elegida en la Asamblea del estado de Michigan. Tlaib, la mayor de catorce hermanos, es hija de inmigrantes palestinos de Detroit, donde su padre trabajaba en una fábrica de Ford.
La exrepresentante estatal también apostó por una plataforma liberal, respaldando atención sanitaria para todos, una reforma migratoria y un llamamiento a anular el decreto de Trump que prohíbe a las personas de cinco países de mayoría musulmana entrar en Estados Unidos.
Tlaib vinculó su campaña a un auge del activismo político femenino en Estados Unidos tras la sorprendente victoria de Trump en 2016, tras la cual millones de mujeres salieron a las calles de Washington y las principales ciudades de todo el país a manifestarse.
«Hoy, las mujeres de todo el país están en la papeleta electoral. Sí, marchamos fuera del Capitolio, pero ahora podemos marchar hacia el Capitolio», ha escrito este martes en su cuenta de Twitter. «¡Ya vamos!», ha señalado.
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