Bruselas impone a Google una multa récord de 4.340 millones. | REUTERS / DADO RUVIC

La Comisión Europea ha multado este miércoles a Google con 4.340 millones de euros, la sanción más alta de la historia de la UE, por haber impuesto restricciones a fabricantes de móviles y tabletas que utilizan Android como sistema operativo con el objetivo de garantizar su posición dominante en el mercado de búsquedas en Internet.

Esta multa es superior a la sanción de 2.420 millones que Bruselas en 2017 también al gigante informático por favorecer de forma sistemática a Google Shopping, su servicio de comparación de precios, que hasta este miércoles era la más alta por un caso de abuso de posición dominante.

En particular, Bruselas ha multado a la multinacional por exigir a fabricantes de dispositivos móviles la preinstalación de Google Search y del navegador Chrome como condición para obtener la licencia de su tienda de aplicaciones Play Store. También denuncia que Google ha pagado a grandes fabricantes y operadores de redes móviles para que Google Search sea la única aplicación de búsqueda preinstalada en los mismos.

La tercera práctica que ha llevado al Ejecutivo comunitario ha imponer la sanción histórica es el hecho de que Google prohíba a fabricantes la venda de dispositivos móviles inteligentes con sistemas operativos basados en el código fuente de Android.

«Google ha usado Android como vehículo para cimentar el dominio de su motor de búsquedas. Estas prácticas han negado a sus rivales la oportunidad de innovar y competir.

Han negado a los consumidores europeos los beneficios de una competición efectiva en la importante esfera móvil. Esto es ilegal bajo las normas europeas de competencia», ha explicado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.

Google dispone ahora de un plazo de 90 días para modificar el comportamiento que ha conducido a esta multa. De lo contrario, se enfrenta a una nueva sanción que podría alcanzar el 5% del ingreso medio diario global de Alphabet, la sociedad matriz.

El Ejecutivo comunitario ha señalado que la multinacional «como mínimo» debe «interrumpir y no volver a participar» en ninguna de las tres prácticas, así como no adoptar «cualquier medida cuyo objeto o efecto sea idéntico o equivalente» a las mismas.

LA ESTRATEGIA DE GOOGLE

Bruselas ha explicado que Google obtiene «la inmensa mayoría» de sus ingresos gracias a su motor de búsqueda. Para ello, desarrolló una estrategia para anticiparse a la transición de los ordenadores de sobremesa a Internet móvil, con el objetivo de asegurarse que los usuarios siguieran utilizando Google Search en sus móviles y tabletas.

La multinacional utilizó Android, el sistema operativo con el que funcionan el 80% de los dispositivos móviles de toda Europa, para conseguir sus objetivos. El código fuente de Android es público e incluye las características básicas, pero no las aplicaciones y servicios exclusivos de Google.

Por ello, los fabricantes de dispositivos que desean obtener esas aplicaciones y servicios deben suscribir contratos con la multinacional, que a su vez impone una serie de restricciones. Google además cerró contratos con grandes operadores de redes móviles que pueden determinar qué aplicaciones se instalan en los dispositivos que se venden a usuarios finales.

En concreto, la multa de la Comisión Europea tiene su origen en tres prácticas contractuales ilegales impuestas tanto a fabricantes de dispositivos y operadores de redes móviles, pero no cuestionan el modelo de fuente abierta o el sistema operativo Android en sí mismo.

TRES PRÁCTICAS ILEGALES

En primer lugar, Google ofrece sus aplicaciones y servicios en forma de paquete, de forma que en la práctica impide que los fabricantes preinstalen algunas aplicaciones pero no otras. Esto ha provocado, por ejemplo, que en los dispositivos de Android más del 95% de todas las búsquedas se realizaron a través de Google Search, mientras que en los dispositivos de Windows Mobile el porcentaje es inferior al 25%.

Por tanto, la Comisión cree que esta práctica ha reducido los incentivos de los fabricantes para preinstalar motores de búsqueda competidoras, como Bing de Microsoft, y los incentivos de los usuarios para descargar dichas aplicaciones.

En segundo lugar, Google concedió «importantes» incentivos financieros a algunos de los mayores fabricantes de dispositivos y operadores de redes móviles con la condición de que Google Search fuera el único motor de búsqueda preinstalado.

Según Bruselas, la investigación ha demostrado que un motor de búsqueda rival «no habría podido compensar a un fabricante de dispositivos o a un operador de redes móviles por la pérdida de los pagos de la cuota de ingresos de Google y seguir obteniendo beneficios».

Por último, la Comisión ha determinado que Google, impidiendo que fabricantes puedan utilizar versiones alternativas de Android, ha reducido la posibilidad de desarrollar y vender dispositivos que funcionaran con las mismas. En este sentido, Bruselas dice tener pruebdas de que la conducta de la multinacional impidió el desarrollo y venta de 'smartphones' basados en una alternativa de Android llamada 'Fire OS'.