Los lazos entre los dos países han experimentado una «total» mejora, subrayó Xi en su llamada a Duterte, quien dio un giro radical a la política exterior filipina tras su llegada al poder en 2016, estrechando la relación con Pekín y distanciándose de Washington.
La conversación entre ambos se produce poco después de que tres buques chinos visitaran Filipinas en señal del buen estado de las relaciones y poco después de que el presidente filipino mantuviera otra charla telefónica con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
En su contacto telefónico con Xi, el líder filipino se alegró de que los dos países hayan restaurado sus lazos, tras el periodo de tensión que se vivió con el anterior mandatario, Benigno Aquino, quien presentó una demanda contra Pekín ante la Corte de Arbitraje Permanente de La Haya por el contencioso que mantenían por territorios en el mar de China Meridional.
El tribunal falló a favor de Manila, pero Duterte optó por dejar a un lado la sentencia en busca de apoyo político y económico del gigante asiático, lo que ha propiciado varios encuentros a alto nivel y diversos acuerdos de cooperación.
En esa misma línea, el líder filipino trasladó este pasado miércoles a Xi su voluntad de promover los lazos entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), en un año en el que Filipinas ocupa la presidencia rotatoria de esta organización, con la que Pekín tiene roces por sus reclamaciones en los mares de Asia Pacífico.
En su conversación, ambos dirigentes también comentaron asuntos de interés regional como la crisis norcoreana.
Al respecto, el mandatario chino insistió en que todas las partes involucradas deben actuar con moderación y pidió que se retomen las conversaciones cuanto antes, según la fuente oficial.
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