Modelo a finales de los años cincuenta para «maisons» de costura como Balenciaga o Givenchy, Khanh se lanzó a la creación con su propia marca en 1969, tras colaboraciones puntuales como diseñadora «freelance» para casas como Missoni o Cacharel.
Al frente de su firma homónima, reivindicó entonces una ropa «lista para llevar, libre de «los límites sectarios» de la moda», recordó la televisión pública francesa en su página web.
Emmanuelle, que creó estilo con sus faldas de cintura baja, ubicó su primera tienda en 1977 en el exclusivo barrio de Saint-Germain des Prés.
A mediados de los años setenta lanzó una línea de gafas de volúmenes amplios y estructura cuadrada que fue una de sus señas características, y vio crecer su marca hasta finales de los noventa.
Khanh abandonó las agujas en 1997, aunque a finales de los años 2000 un grupo holandés revivió la marca.
Para ello puso al frente a Didier Marder, quien recuperó sus accesorios icónicos, sirviéndose de las mismas fábricas que llevaron al éxito a la casa en el pasado.
Este invierno, fue lanzada además una colección cápsula firmada por el director artístico Sam Attyé y supervisada por la propia Khanh, que supuso el retorno de la firma al «prêt-à-porter».
Emmanuelle Khanh estuvo casada con el arquitecto y diseñador industrial nacido en Vietnam Quasar Khanh, fallecido en 2016, con el que tuvo dos hijos, Othello y Atlantique Khanh.
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