«La ablación daña irreparablemente los cuerpos de las niñas y provoca un dolor insoportable. La mutilación causa un trauma emocional extremo que puede durar toda la vida», han indicado en un comunicado conjunto Babatunde Osotimehin y Anthony Lake, directores de UNFPA y UNICEF respectivamente.
Según han señalado las agencias de Naciones Unidas en el marco del Día Internacional Contra la Mutilación Genital Femenina, la comunidad internacional debe ofrecer un mayor apoyo a las mujeres que corren el peligro de ser sometidas a esta práctica, así como a aquellas que hayan sobrevivido a la misma.
«La ablación arrebata a las niñas su autonomía y constituye una violación de los Derechos Humanos de la menores», han manifestado Osotimehin y Lake, que han indicado que la práctica «refleja el bajo estatus social de las mujeres y refuerza la desigualdad de género y la discriminación».
La mutilación genital femenina, que afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo, atenta contra la vida de las mujeres, que en numerosas ocasiones sufren traumas físicos y psicológicos, así como infecciones y hemorragias.
A pesar de que en 2016 más de 2.900 comunidades abandonaron esta práctica, al menos 3 millones de niñas son sometidas cada año a la ablación en todo el mundo, según datos de UNICEF.
«En 2017 debemos exigir una acción más rápida para seguir progresando. Esto implica solicitar a los gobiernos que promulguen y apliquen leyes que protejan los derechos de las niñas y prevengan la ablación», han afirmado los directores de UNICEF y UNFPA en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara a 2030.
Ambas agencias han destacado la importancia de proporcionar la información necesaria para concienciar a las poblaciones e implicar a las familias y las comunidades para que tomen medidas por sí mismas en contra de esta práctica.
«Hagamos que esta generación elimine de una vez por todas la mutilación genital femenina. Estaremos contribuyendo a crear un mundo mejor y más saludable para todos», han aseverado.
3 comentarios
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Quizás la ONU debería luchar para erradicar a todas las organizaciones que promueven la desigualdad: las religiones que adoctrinan para que la mujer sea un ser de segunda.
Ni ablación ni circuncisión infantil. La primera es signo de barbarie, es una agresión en toda regla. La segunda es inútil si no hay fimosis, ya se operará el hombre si quiere cuando sea mayor de edad y pueda elegir.
¿Por qué no se habla de la brutal circunsición en África, sin higiene ni anestesia, que se perpetra contra los jóvenes varones? Ya está bien de victimizar siempre y únicamente a las mujeres como si fuesen las únicas que sufren en este planeta.