El temblor tuvo lugar a las 21.26 hora local (12.26 GMT) en la prefectura de Kumamoto, en la costa occidental de la isla de Kyushu, y su hipocentro se situó a unos 11 kilómetros de profundidad.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) no decretó la alerta de tsunami a raíz del seísmo, mientras que la empresa que opera la planta nuclear de Sendai, que se encuentra a unos 120 kilómetros al sur del epicentro y que es la única actualmente operativa en el país, informó que ésta continuó operando sin problemas.
En el distrito de Mashiki el seísmo alcanzó el nivel 7 en la escala japonesa, que se centra más en las zonas afectadas que en la intensidad del temblor.
Se trata del primer terremoto que alcanza este nivel en Japón desde el potente seísmo del 11 de marzo de 2011 que generó un devastador tsunami y dejó más de 18.000 muertos y desaparecidos en el nordeste nipón, además de provocar en la central de Fukushima el peor accidente nuclear desde Chernóbil.
El ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, informó que al menos dos decenas de casas en el entorno de Mashiki se habían derrumbado y que varias personas habían quedado atrapadas en los escombros.
En esta zona y en los alrededores se han registrado al menos unos 200 heridos, siete de ellos graves, y tres fallecidos a causa de los derrumbes y los incendios provocados por el temblor, según informaron los equipos de rescate y los hospitales de la región a la radiotelevisión pública NHK.
En total, el número provisional de evacuados en Mashiki es de unos 1.100, según la cadena.
Además de abatir domicilios y provocar incendios por escapes de gas, el terremoto ha derrumbado varias fachadas y agrietado aceras y vías en la ciudad de Kumamoto, capital de la prefectura homónima, donde los edificios se han balanceado violentamente con el temblor, tal y como mostró la televisión nipona.
Al menos cuarenta réplicas, una de las cuales alcanzó los 6,4 grados en la escala abierta de Richter, golpeó Kumamoto en las tres primeras horas tras el temblor inicial y la JMA ha advertido que este tipo de temblores potentes podría seguir repitiéndose a lo largo de la próxima semana.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, pidió a las autoridades locales «el mayor de los esfuerzos para ayudar a los víctimas» y mantener al público informado en todo momento de posibles réplicas en la región.
Por su parte, el ministro de Defensa, Gen Nakatani, dijo en declaraciones a la agencia Kyodo que se han enviado aviones y helicópteros de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) para evaluar el alcance de los daños.
Más de 16.000 viviendas se han quedado por el momento sin luz en Kumamoto, y al menos 6.000 están sin agua y gas, según NHK.
El tráfico ha sido cortado también en algunas autopistas de esta prefectura y de la vecina Miyazaki, al igual que el servicio de tren bala en la isla de Kyushu, la segunda más poblada del país con más de 13 millones de habitantes.
Las principales aerolíneas niponas, Japan Airlines y All Nippon Airways (ANA), han indicado que el terremoto no ha afectado por el momento a sus vuelos y que las pistas de los aeropuertos de la región están siendo inspeccionadas en busca de posibles daños provocados por el terremoto.
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