Joan, Josep y Jordi Roca recibieron el nombramiento en la sede del PNUD, en Nueva York, y durante la ceremonia plantearon los retos sociales y económicos que debe afrontar la pasión por transformar alimentos.
«Lo que comemos afecta a nuestra salud, afecta a nuestra economía y afecta a nuestro planeta», afirmó Josep Roca en un mensaje que leyó en nombre de sus hermanos, propietarios del restaurante español El Celler de Can Roca.
Ese local, con tres estrellas Michelín, ha sido nombrado en dos ocasiones como el mejor restaurante del mundo por la revista británica Restaurant, en 2013 y 2015, y sus responsables mantienen un fuerte compromiso con causas sociales.
En el acto, en el que estaban presentes, entre otros altos funcionarios de la ONU, el administrador asociado del PNUD, Tegegnework Gettu, los hermanos Roca recordaron el origen humilde del bar familiar que derivó en el famoso restaurante.
«El bar de nuestros padres ha sido una lección de generosidad, hospitalidad y solidaridad», dijo Josep Roca.
Defendió la comida desde tres perspectivas de desarrollo sostenible; la social, la económica y medioambiental, y señaló que con este nombramiento, que calificó como una «aventura solidaria», los hermanos Roca se sienten «embajadores de todos los cocineros.
Los chefs se suman a una lista de embajadores globales de buena voluntad del PNUD que incluye, entre otros, a los jugadores de fútbol en activo o retirados Iker Casillas (España), Didier Drogba (Costa de Marfil), Ronaldo (Brasil) o Zinedine Zidane (Francia).
El sistema de Naciones Unidas y sus diferentes agencias buscan sumar a diferentes personalidades del deporte y de las artes para que ayuden a crear conciencia sobre los principales retos internacionales y resaltar su labor humanitaria.
Sin embargo, el caso de los hermanos Roca es el primero del PNUD desde que la ONU lanzó los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, una agenda de quince años que estará vigente hasta el 2030 y que reemplaza a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En su mensaje, acompañado al final con música del violonchelista Pau Casals, Josep Roca resaltó su preocupación por el abandono que están sufriendo la cocina tradicional y los cultivos locales, en favor de los grandes monopolios y monocultivos.
«Queremos ser activos y promotores del cambio de rumbo que necesita nuestra sociedad: la investigación culinaria al servicio de la pobreza», agregó.
En declaraciones posteriores a los periodistas, Roca defendió una «revolución humanista desde la cocina que sea algo más que transformar alimentos».
«Es a través de la cocina que planteamos esta nueva conciencia», insistió.
Entre los proyectos más inmediatos que tienen los hermanos Roca dentro de este nuevo papel incluye uno en Nigeria que estará enfocado en la formación y la relación agrícola comunitaria.
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