Tras pérdidas ante los kurdos respaldados por ataques aéreos liderados por Estados Unidos, el Estado Islámico buscó retomar la iniciativa con incursiones en la ciudad de Kobani, en poder de los kurdos, en la frontera turca, y contra áreas de la ciudad de Hasaka, en poder del Gobierno, en el noreste del país.
En una ofensiva por separado y en el marco de la guerra civil siria, una alianza de rebeldes en el sur del país también lanzó un ataque con el objetivo de sacar a fuerzas del Gobierno de la ciudad de Dera.
Los ataques de Estado Islámico tuvieron lugar tras un rápido avance de fuerzas lideradas por los kurdos al interior del territorio del grupo de línea dura, a dentro de 50 kilómetros de su capital de facto, Raqqa, y que fue considerado un éxito por Washington.
Los asaltos simultáneos contra fuerzas del Gobierno en Hasaka y Dera -ambas capitales provinciales- son una prueba de la determinación del presidente sirio, Bashar al-Assad, por defender remotos puestos más allá del área occidental del país vistos como una prioridad clave para su supervivencia.
Estados Unidos y sus aliados árabes y europeos han estado bombardeando las posiciones del Estado Islámico desde el año pasado para intentar derrotar al grupo que hace un año proclamó un califato para gobernar a todos los musulmanes en el territorio de Siria e Irak.
La televisión estatal siria dijo que los yihadistas estaban expulsando a residentes de sus hogares en al-Nashwa, ejecutando y deteniendo a personas. Agregó que muchos combatientes del Estado Islámico han muerto, incluyendo a uno identificado como un líder tunecino.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que monitoriza la guerra, dijo que el grupo islamista de línea dura capturó dos distritos dependientes del control gubernamental.
Reveses para Assad
Partes de Hasaka bajo control gubernamental son uno de los últimos bastiones de Assad en la región noreste de Siria que colinda con Irak y Turquía, en territorios manejados mayormente por kurdos desde el inicio del conflicto sirio en 2011.
El Ataque del Estado Islámico contra Kobani, conocida también como Ayn al-Arab, comenzó con al menos un coche bomba en un área cercana al cruce fronterizo con Turquía, según funcionarios kurdos y el observatorio.
Kobani fue el sitio de una de las mayores batallas contra Estado Islámico el año pasado. Fuerzas kurdas conocidas como las YPG, respaldadas por ataques aéreos de Estados Unidos, expulsaron a los combatientes en enero tras cuatro meses de enfrentamientos.
El portavoz de las YPG, Redur Xelil, apuntó que los combatientes del Estado Islámico entraron en la ciudad desde el oeste en cinco automóviles, desplegando engañosamente la bandera del movimiento Ejército de Siria Libre, respaldado por occidente, y que ha luchado junto a YPG contra el grupo islamista.
«Abrieron fuego en forma indiscriminada contra todos los que encontraron», aseguró.
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