Cuatro personas murieron este jueves en el Palacio de Justicia de Milán (norte de Italia), cuyo interior fue escenario a las 11.00 horas (9.00 GMT) de un tiroteo provocado presuntamente por un empresario imputado en un caso de bancarrota fraudulenta.
Los medios locales identificaron como autor de los hechos a Claudio Giardielli, un empresario del sector de la construcción de 57 años que encaraba un proceso por bancarrota fraudulenta.
Entre los fallecidos figura el juez del sector de quiebras empresariales Fernando Ciampi, informó el presidente del Tribunal de Apelación, Giovanni Canzio.
Además perdieron la vida el abogado Lorenzo Alberto Claris Appiani y otro de los imputados en el proceso, Giorgio Erba, que llegó con vida al hospital Policlínico de Milán pero que finalmente pereció en el quirófano a causa de las graves heridas sufridas, confirmaron fuentes del establecimiento sanitario.
Además hay otro herido de bala que presenta graves daños en el abdomen pero que ha llegado al hospital milanés de Naguarda «lúcido» y está siendo sometido a una intervención quirúrgica.
A pesar de que las circunstancias aún no han sido aclaradas oficialmente, testigos citados por medios locales señalaron que el suceso se produjo en la tercera planta del Palacio de Justicia, donde se celebraba un proceso en contra del supuesto autor de los hechos.
Sentado entre el público, Giardiello atendía al interrogatorio de un testigo por parte de los fiscales que ejercen la acusación del caso, que alude a la quiebra de la sociedad inmobiliaria «Magenta».
En ese momento y siempre de acuerdo con las primeras reconstrucciones, sacó el arma y disparó a su ex abogado, Claris Appiani, ahora testigo en el juicio.
Acto seguido arremetió con otros cinco disparos contra los presentes en el aula, entre ellos otro de los imputados, Erba, fallecido posteriormente.
El presunto autor de los hechos descendió entonces al segundo piso del edificio, buscó el despacho del juez Ciampi y lo asesinó del mismo modo.
Tras el tiroteo las autoridades italianas procedieron a desalojar el edificio y en primer lugar hicieron salir a las mujeres ante la hipótesis de que el autor, un varón, aún estuviera en el interior del edificio.
Sin embargo, los investigadores concluyeron posteriormente que el responsable del crimen, tras permanecer una hora escondido en el Tribunal, había logrado huir a bordo de una motocicleta.
Una tesis confirmada apenas una hora después por el ministro italiano del Interior, Angelino Alfano, que dio la noticia de la detención del «presunto asesino de Milán» en el municipio de Vimercate, a las puertas de la capital lombarda.
En la actualidad Giardielli, considerado el responsable de los hechos, está arrestado en una comisaría del Cuerpo de Carabinieros (policía militar) y en las próximas horas será sometido a un interrogatorio.
Al lugar de los hechos se desplazaron varias autoridades, como el propio alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, que suspendió un comité convocado precisamente para abordar cuestiones de seguridad y orden público de cara al comienzo de la Exposición Universal, en mayo.
También anunció su presencia el ministro de Justicia, Andrea Orlando, y el primer ministro Matteo Renzi se puso en contacto con el carabinero que detuvo a Giardielli.
Los medios de comunicación del país cuestionan ahora los sistemas de seguridad de los Tribunales y se preguntan cómo pudo el autor de los hechos introducir un arma de fuego en la sede judicial.
El viceministro del Interior, Filippo Bubbico, dijo en declaraciones al canal de televisión Sky que próximamente verificarán las circunstancias de los hechos y defendió la gestión por parte de empresas externas de la seguridad en los tribunales.
«Este episodio señala una disfunción del mecanismo de seguridad (...). Ahora habrá que comprender cómo ha podido ocurrir», señaló.
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Cualquier día pasará esto mismo en los juzgados de la señorita Pepis de Vía Alemania.