El número 1.179 de la publicación editada desde 1992, que trata de recuperar el ritmo normal con menos referencia a los integristas islámicos que provocaron los atentados, tiene una tirada de 2,5 millones de ejemplares, frente a los 8 millones del que publicaron una semana después de los trágicos hechos, un récord de la prensa francesa.
Mejoras en la distribución han evitado que haya colas en los kioscos, donde los vendedores se habían preparado para una mayor afluencia de público.
Varios de ellos se negaban a dar más de un ejemplar por cliente, pese a que lucían pilas de las revistas en sus estanterías.
Los vendedores estaban mejor equipados para no vivir las escenas del pasado 14 de enero, cuando se registraron largas colas en los kioscos y los ejemplares se agotaron de forma muy rápida.
El nuevo número de la publicación satírica lleva como titular «Charlie Hebdo vuelve de nuevo» y con caricaturas en su portada de Nicolas Sarkozy, un yihadista, el papa o la líder ultraderechista Marine Le Pen.
Todos ellos están dibujados como perros que corren tras uno de menor tamaño que lleva en su boca un ejemplar de la revista, en una caricatura firmada por el dibujante Luz.
En su interior, «Charlie Hebdo» tiene numerosas referencias al atentado sufrido el pasado 7 de enero, cuando los hermanos Kouachi mataron a doce personas en la sede de la revista, entre ellos cinco de sus principales dibujantes.
Pero sus responsables afirman que quieren recuperar el ritmo normal de la publicación, lo que presupone diversificar el blanco de sus críticas, frente al casi monográfico número del pasado 14 de enero.
En su editorial, el nuevo director de la revista, Riss, ataca a quienes «nunca dudan» y a aquellos que han podido considerar que la forma «provocadora» de actuar de «Charlie Hebdo» ha servido de caldo de cultivo a los atentados.
«Todo el mundo ha apoyado a Charlie (...), pero pocos estarían dispuestos a dibujar y publicar una caricatura blasfema», asegura el director, que considera que «la masa apoya a Charlie como apoya al toro en la plaza».
3 comentarios
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llegaremos al momento qe ni reirnos podremos, qe el sentido del humor sera penalizado y haremos cumulos de tristeza ante el devenir de una sociedad qe se desmorona dibujaremos cualkier persona triste por su pesar cotidiano qe por lo qe la rodea ... en fin murio el sentido del humor en toda su palabra
Soy católica, y lo siento, tengo que confesar que "poco" practicante, vamos, que se cae una teja en la Iglesia y seguro que no me da, pero....aquí está mi pero, soy creyente, sigo rezando por todos, todos, todos, a la hora de dormir , no disfruto haciendo el mal y ...CHISTECITOS A COSTA DE MI RELIGIÓN, ¡ NI UNO ! , no hay que mezclar la libertad de expresión con la falta de respeto,sea la religión que sea
Sigue siendo una revista que insulta, que se cree por encima del bien y del mal y que no respeta las creencias religiosas. La libertad de expresión es necesaria en la democracia, pero le educación o el enfoque profesional se debe exigir. Yo siento mucho el atentado, pero no soy fan de Hebdo, ni de su mala educación.