Aunque no existen datos oficiales, el parque Rizal puede contener varios millones de personas y desde primeras horas de la mañana de este domingo estaba lleno a rebosar.
Así como todas las calles adyacentes donde los fieles filipinos pudieron seguir la misa gracias a decenas de pantallas gigantes.
A pesar de la lluvia y de la larga jornada que vivió el papa, Francisco no dudó tras la ceremonia en volver, como hizo a su llegada, a recorrer el recinto a bordo del papamóvil para saludar a los fieles y bendecir sus objetos.
También durante el trayecto que le llevaba desde la zona de la misa a la nunciatura apostólica, donde se aloja, cientos de miles de fieles aguardaron con paciencia durante horas para ver pasar el papamóvil.
Muchos de ellos llevaban consigo las imágenes del «Santo Niño», al que los filipinos son muy devotos y que justo hoy se celebra la festividad.
Antes de la misa, el papa visitó la Universidad católica de San Tomás, donde saludó a líderes religiosos y después celebró un encuentro con más de 30.000 jóvenes en el campo deportivo de este centro.
El papa no tiene más actos previstos para hoy y mañana saldrá con destino a Roma a las 09.00 hora local (01.00 GMT).
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