Los recién casados, Natalie Heimel y Edward Mallue Jr., se tomaron el contratiempo con buen humor.
Heimel y Mallue, ambos capitanes del Ejército estadounidense, tenían previsto casarse el pasado domingo en un campo de golf de un complejo militar con vistas al mar y situado muy cerca de la casa alquilada en la que la familia Obama está pasando sus vacaciones navideñas.
Pero el sábado, apenas 24 horas antes de la ceremonia, la pareja recibió una llamada del equipo de seguridad del presidente para avisarles de que no podían celebrar la boda en el hoyo 16 del campo, como habían planeado, porque el domingo Obama pretendía jugar al golf con unos amigos en esa zona.
La pareja se casó finalmente en otra parte del campo de golf y durante la fiesta posterior a la ceremonia recibieron una llamada de Obama.
«Felicidades por la boda. Me siento fatal. Nadie nos lo dijo», se escucha decir a Obama en la conversación telefónica en el vídeo divulgado en internet.
De hecho, la Casa Blanca afirma que no supo de antemano que a la pareja se le había pedido cambiar el lugar de la boda.
En una entrevista con la cadena NBC, los recién casados restaron importancia a lo ocurrido y negaron estar molestos con el presidente.
«Sabíamos que había dos cosas que podían arruinar la boda. Una era el tiempo y la otra el presidente», comentó Heimel.
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