Jorge Bergoglio realizó estas reflexiones durante una audiencia mantenida en Ciudad del Vaticano con miles de integrantes de familias numerosas procedentes de todo el mundo.
La de este domingo ha sido la primera audiencia de este tipo que ha mantenido en sus casi dos años de pontificado.
«Estoy contento de encontrarme este domingo con vosotros que formáis parte de la Asociación Nacional de Familias Numerosas. Se ve que amáis la familia y amáis la vida», afirmó el pontífice ante los fieles católicos que se encontraban en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Y añadió: «En las familias amplias como las vuestras, varias generaciones se encuentran y se ayudan».
En este tipo de «células sociales», alabó la figura de los abuelos, pues su presencia, reconoció, es «preciosa tanto para servir de apoyo como para la educación, pues ayudan a los padres a transmitir valores a los hijos».
Además, apuntó que en las familias numerosas los hijos son más propicios a compartir y a ser solidarios.
«Cada uno de vuestros hijos es fruto único de vuestro amor. El hecho de tener hermanos y hermanas hace que sean más capaces de comulgar de forma fraternal en un mundo egoísmo. La familia numerosa es solidaridad y esto que va en beneficio de toda la sociedad».
Jorge Bergoglio también insistió en la solidez del árbol familiar de estas familias numerosas en el que, describió, «las ramas son los abuelos y el tronco son los padres».
«Dice Dios que los buenos árboles dan buenos frutos. Los árboles buenos dan solidaridad, fraternidad, seguridad, felicidad y amistad», apostilló.
El obispo de Roma subrayó el valor de la vida y de estas familias que son, reconoció, «la esperanza de la sociedad», precisamente dos meses después de que se celebrara en el Vaticano el Sínodo extraordinario sobre la familia.
«Estoy contento del ejemplo de amor a la vida que dais. Habéis venido con los frutos más bellos de vuestro amor. Maternidad y paternidad son dones de Dios. Cada uno de vuestros hijos es una creación única que no se repetirá más en la historia de la humanidad», señaló.
«Cuando se comprende esto -prosiguió-, que cada uno ha sido querido por Dios, se comprende que es milagro. Un hijo cambia la vida, todos nosotros hemos visto hombres y mujeres que cuando tienen hijos sus vidas cambian. El hijo es un milagro que cambia la vida».
Finalmente, el máximo representante de la Iglesia católica aludió a la «baja natalidad que existe en italia, más baja del 1 %», para hacer un llamamiento a las «autoridades políticas y de la administración pública» y que estas favorezcan «el apoyo a las familias».
Además, el papa Francisco pidió que los fieles católicos de todo el mundo recen por «las familias que se han visto afectadas por la crisis», aquellas en las que alguno de sus miembros ha perdido su trabajo o «tienen hijos que no encuentran un puesto laboral».
«En algunas familias, algunos de los padres está en paro. Esto es duro. O tienen hijos que no encuentran un puesto laboral. Estas familias acuden a menudo a sus seres queridos e intentan no ceder a la soledad y a la ruptura», comentó.
El papa Francisco ha destacado en diversas ocasiones el valor de la familia, como el pasado agosto cuando envió un mensaje a los participantes del I Congreso latinoamericano de Pastoral Familiar, en el que defendió que la familia, más allá de sus «acuciantes problemas y de sus necesidades perentorias», es un «centro de amor».
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Con 7.000 millones de seres sobre el planeta, y ahora este iluminado nos viene con esos cuentos. ¿A cuántos da de comer la Iglesia?.