El presidente ruso, Vladímir Putin (i), y su homólogo chino, Xi Jinping, ayer en Shangái. | ALEXEY DRUZHINYN /RIA NOVOSTI /

El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, acordaron ayer tras un encuentro en Shanghái una «completa asociación de cooperación energética» entre ambos países, sin que se haya firmado aún un esperado acuerdo de suministro de gas natural de Moscú a Pekín.

Los dos líderes así lo destacaron en una declaración conjunta, en la que también destacaron su «compartida preocupación» sobre Ucrania, crisis en la que Pekín ha intentado combinar una postura neutral con el rechazo a secundar las sanciones de la UE y EEUU a Moscú por su actuación en la misma. Putin realiza el viaje en un intento de construir un contrapeso a Estados Unidos y la UE, según los analistas.

Debido en parte a las sanciones impuestas, que dejan a Rusia necesitada de nuevos compradores de su gas natural, la atención del encuentro estaba puesta en el posible acuerdo entre el consorcio ruso Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) para la exportación de esta materia prima a la segunda economía mundial.

Alegría

No obstante, Putin destacaba ayer sin entrar en detalles su «alegría al haber sido informado de que las dos partes han realizado un significativo progreso». Horas después, el consejero delegado de Gazprom, Alexei Miller, afirmaba desde Shanghái que «las charlas continúan para buscar un compromiso sobre el contrato de gas», si bien ninguna de las partes ha confirmado que éste se vaya a alcanzar durante la visita de Putin a China, que finaliza mañana, miércoles.

Se estima que el retraso de la firma del acuerdo, cuyas negociaciones comenzaron hace casi diez años, se debe a que Rusia quiere utilizar sus contratos con la UE como precio de referencia, mientras China propone un coste más bajo, basado en sus importaciones de Asia central.

Además, algunos analistas consideran que China cuenta ahora con ventaja en las negociaciones, ya que mientras Moscú está ávida de obtener nuevos compradores de gas natural tras las sanciones, Pekín cuenta con otras alternativas, sobre todo en las repúblicas centroasiáticas de Kazajistán, Uzbekistán y Turkmenistán.