La rocambolesca historia del intérprete de lenguaje de sordos del funeral de Mandela no deja de dar nuevos capítulos. Después de que se desvelara que Thamsanga Jantjie se habia inventado varios signos tras sufrir, según su propia versión, un brote esquizofrénico, ahora la cadena de televisión local eNCA asegura que el intérprete ha sido imputado en el pasado por varios cargos graves, incluidos asesinato y violación, si bien la mayoría fueron retirados por los problemas mentales que padece.

Jantjie, que está recibiendo tratamiento por esquizofrenia y ha reconocido que durante el funeral vio «ángeles», se ha enfrentado a cargos por violación (1994), robo (1995), asalto a una vivienda (1997), daños malintecionados a propiedades (1998) y asesinato, intento de asesinato y secuestro (2003).

Según la cadena, muchos de estos cargos han sido retirados, presuntamente porque no estaba mentalmente preparado para enfrentarse a un juicio. En concreto, Jantjie fue absuelto por violación, pero fue condenado por robo a 3 años de cárcel si bien, según este medio, no está claro aún si llegó a ir a prisión.

Los documentos judiciales revelan que el cargo por asesinato, intento de asesinato y secuestro contra Jantjie y otras personas fue remitido a un tribunal de Gauteng Sur en 2004 y el proceso se cerró en noviembre de 2006, si bien el archivo del mismo está vacío.

Medidas de seguridad cuestionadas

La cadena eNCA ha precisado en su página web que no ha podido confirmar con Jantjie ni con la Autoridad Fiscal Nacional que el caso fuera archivado porque se declaró a éste no apto para ser juzgado por sus problemas mentales.

Así las cosas, la televisión ha subrayado que ha conseguido realizar estas averiguaciones «en menos de 48 horas, lo que plantea serias dudas sobre las medidas de seguridad» en el funeral de Mandela y «por qué el Gobierno no estaba al tanto del pasado de Jantjie».

Este ha conseguido fama mundial después de que la organización de sordos sudafricana denunciara que su interpretación al lenguaje de signos de los participantes en el funeral, entre ellos el presidente sudafricano, Jacob Zuma, o el estadounidense, Barack Obama, era un sinsentido y no significaba nada.