El objetivo de la ONU es que la misión de expertos que se encuentra ya sobre el terreno obtenga autorización del régimen para acceder a la zona del incidente, a las afueras de la capital, una vez que la situación de seguridad lo permita. El equipo liderado por el profesor sueco Ake Sellström llegó el pasado domingo al país, tras meses de negociaciones entre la ONU y Damasco, para investigar otros tres incidentes previos, uno denunciado por el régimen y otros dos por gobiernos occidentales.
Veinte expertos
Los veinte expertos tienen un mandato inicial de catorce días -ampliable de mutuo acuerdo- para llevar a cabo sus pesquisas, pero para que puedan estudiar esta última denuncia es necesario que el régimen de Damasco y Naciones Unidas lleguen a otro pacto. El nuevo incidente en la zona de Guta Oriental, a las fueras de Damasco, es el decimocuarto ataque con armas químicas que se denuncia desde que empezó la guerra civil de Siria hace más de dos años, pero el más grave y mortífero.
La rebelde Coalición Nacional Siria (CNFROS) denunció que al menos 1.300 personas murieron el miércoles en ese ataque supuestamente lanzado por el Ejército sirio, unas acusaciones que fueron negadas por las autoridades sirias de manera inmediata.
Mientras, la violencia continúa en el país después de que la llamada Comisión General de la Revolución Siria denunciara que el Ejército volvió a bombardear la periferia de Damasco sin que por el momento se conozcan datos de víctimas. Al otro lado del mundo, los hilos de la diplomacia internacional continuaban hoy moviéndose en un intento por forzar a las autoridades sirias a permitir que la ONU investigue ese ataque, aunque de momento las conversaciones no hayan llegado a buen puerto.
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