Amigos y allegados a Jorge Bergoglio no escatimaron hoy elogios para Francisco I, a quien coinciden en definir como un hombre austero, humilde, dialogante que introducirá cambios en el Vaticano.
El hasta hoy jefe de la Iglesia argentina vivía en un pequeño departamento próximo a la catedral, viajaba en transporte público, visitaba villas (asentamientos marginales), parroquias y hospitales y animaba a los sacerdotes a salir a la calle y estar cerca de sus fieles.
Bergoglio «es el Papa que se necesita, es un hombre piadoso, es un pastor, se va a poner las sandalias de pescador», aseguraba hoy el ex diputado José Octavio Bordón, amigo desde hace 30 años del ahora Papa Francisco, el primer Pontífice latinoamericano y jesuita.
Bordón subraya el compromiso de Bergoglio con la defensa de los derechos de los humildes y su habilidad para la negociación porque «es un hombre al que no le gusta el conflicto, pero tampoco le gusta callarse».
Su sólida formación académica, continúa Bordón, «le permite dialogar con los empresarios, los políticos y con los sindicalistas».
Para el ex diputado, la elección del nombre de Francisco no es gratuita sino que responde a su carácter como un hombre «piadoso, humilde» y dispuesto a «provocar cambios muy fuertes de dentro hacia afuera».
Con sus amigos, «nunca habló de la posibilidad de ser Papa», apunta Bordón, que admite que más de una vez sus conocidos sacaron el tema «y él sonreía. Nosotros éramos los imprudentes, él nunca».
Luis Pedro Tony, allegado al Papa desde hace décadas, recuperaba hoy detalles de la vida diaria de Bergoglio en Buenos Aires que confirman su carácter austero.
«Es un hombre alejado de intrigas palaciegas, muy callado y muy estudioso. Ya en el nombre que ha elegido se marca el camino de los desposeídos», explicaba Tony en declaraciones a medios locales.
También para el sacerdote Alejandro Puiggariu, que trabajó durante 20 años con Bergoglio, el papado de Francisco I va a marcar un cambio en el Vaticano.
«Va a ser un Papa atípico. Ya lo fue al frente de la Iglesia argentina. Una de las primeras cosas que hizo fue, antes de bendecir, pedirle a todo el pueblo de dios que rezaran por él. Es algo inédito, es un gesto de humildad», señaló en declaraciones a medios locales.
«Cuando nos ordenaba sacerdotes nos decía, no se la crean, no dejen de ser parte del pueblo de Dios. Siempre predicó contra las carreras, contra la promoción», agregó.
«Un sábado le llamaron del Vaticano urgente y fue sencillo localizarle: empecé a rastrear villas y hospitales y le encontré en uno», recordó el sacerdote.
La última carta que escribió como máxima autoridad de la Iglesia argentina fue para invitar a los sacerdotes a salir a las calles el próximo 23 de marzo y anunciar la Semana Santa. «Si crees en Jesús, no te quedes en tu casa, decía. Eso no es de un Papa conservador», concluyó.
Guillermo Marcó, que fue su portavoz durante una década, recordaba hoy en el diario La Nación que el 21 de febrero de 2001, cuando se dirigía al Vaticano para que Juan Pablo II le consagrara cardenal, Bergoglio quiso ir caminando.
Aquel día, Bergoglio rememoró las palabras de su padre. «Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando».
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