La soberana, de 86 años y que este año cumplió 60 en el trono, fue invitada expresamente por el Ejecutivo del conservador David Cameron, que la recibió con una alfombra roja a las puertas del número 10 de Downing Street, residencia del primer ministro. Vestida con un traje azul eléctrico adornado con un broche y abrigo a juego, Isabel II, que se mostró relajada y sonriente, fue saludada a la entrada por cada uno de los ministros de la coalición gubernamental, que le dieron la mano y se mostraron afectuosos. Después la soberana asistió durante una media hora a la reunión semanal del Gabinete -que suele durar unos 90 minutos-, sentada en la silla que normalmente ocupa Cameron, que se la cedió para ocasión.
Enmiendas
Según indicó Downing Street, la Reina fue informada sobre la reforma en la ley que modificará los derechos de sucesión de la corona, para eliminar la actual primacía del varón. Estas enmiendas se anunciaron tras conocerse a principios de este mes que el príncipe Guillermo, nieto de la Reina y segundo en la línea de sucesión, y Catalina -duques de Cambridge-, esperan su primer hijo para el año próximo.
Muy en su sitio, Isabel II, que acudió a la reunión ministerial sin su marido, el duque de Edimburgo, sólo observó sin hacer ningún comentario, presumiblemente en respeto a la tradición británica que previene la interferencia real en asuntos de Estado. Por esta tradición, no es habitual que los monarcas asistan a las reuniones del Gobierno, lo que convirtió esta ocasión en especial.
El padre de Isabel II, Jorge VI, se reunió en una ocasión con el Gobierno durante la II Guerra Mundial, pero el último monarca que asistió a un Consejo de Ministros fue Jorge III durante la guerra de la independencia de Estados Unidos, precisó Cameron al término de la histórica reunión.
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