Al menos 14 personas murieron, incluidos dos soldados de EE UU, y unas 60 personas más resultaron heridas, en dos atentados suicidas perpetrados ayer cerca de una base de la OTAN en el centro de Afganistán, en una nueva escalada de la espiral de violencia que se registra en este país.

El primer suicida se acercó a pie a la base, situado en las proximidades de la sede del Gobierno de la provincia de Wardak, e hizo estallar su carga explosiva sin llegar a penetrar en el centro militar.

Según precisó en un comunicado remitido a Efe el portavoz del Gobierno provincial, Shaidulah Sahhid, un segundo suicida hizo estallar al poco un camión lleno de explosivos en la puerta de la base, que es de uso conjunto por parte de las fuerzas internacionales asentadas en el país y las tropas afganas.

Investigación

En el texto se precisó que los muertos eran ocho civiles y cuatro policías, y que entre los heridos figuraban dos soldados de EEUU.

En conversación telefónica con Efe, Sahhid indicó que «varios de los heridos se encuentran en estado crítico», y no descartó que el números de muertos aumente en las próximas horas.

De acuerdo con testigos, las explosiones destrozaron un mercado cercano a la base.

Un mando de la ISAF (misión de la OTAN en Afganistán), el teniente general Messer Hagen, anunció una investigación para esclarecer las circunstancias en que se produjeron las explosiones.

Contactado por Efe, un habitual portavoz talibán, Zabiualah Muyahid, reivindicó la autoría de los atentados en nombre del movimiento insurgente, y aseguró que el conjunto de las deflagraciones causaron decenas de bajas en las filas norteamericanas «entre muertos y heridos».