A primera hora de la mañana, once coches bomba, tres artefactos, un proyectil Katiusha y uno de mortero explotaron en distintos barrios de la capital iraquí, tanto de mayoría suní como chií, donde perecieron al menos 63 personas y 185 resultaron heridas, reveló una fuente del Ministerio de Sanidad.
El atentado más mortífero ocurrió en el barrio de Al Karrada, en pleno centro de la ciudad, donde al menos 23 personas murieron y 46 resultaron heridas por la explosión de un coche-bomba cerca del organismo gubernamental de la Transparencia, que se encarga de la lucha anticorrupción, según una fuente del Ministerio del Interior.
Dos artefactos
El segundo ataque más sangriento fue en el céntrico distrito de Al Alaui, donde dos artefactos estallaron consecutivamente en una plaza donde había concentrados jornaleros y ocasionaron la muerte de al menos dieciséis personas y heridas a 43.
Excepto el atentado de Al Karrada, que fue contra una institución, el resto de ataques tuvieron como objetivos aparcamientos, una escuela, un mercado popular y lugares en los que se concentraban los ciudadanos que se dirigían a sus puestos de trabajo a primera hora del día.
Poco después, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, afirmó en un comunicado que el tiempo y el espacio en el que se produjeron los ataques confirman la naturaleza política de los objetivos de los terroristas.
La crisis política se precipitó el pasado día 19 por la emisión de una orden de arresto contra el vicepresidente iraquí suní, Tareq al Hashemi, supuestamente vinculado a delitos de terrorismo.
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