Ajdabiya, a 160 kilómetros al suroeste de Bengasi, es una ciudad estratégica porque de ella parte una carretera que conecta directamente con Tobruk, situada más al este de la capital de los sublevados, con lo que su control es clave para aislar Bengasi.
En una conferencia de prensa, el portavoz militar de los insurgentes, coronel Ahmad Omar Bany, afirmó que «el frente se sitúa ahora a ambos lados de Brega (a unos 200 kilómetros al oeste de Bengasi)», donde continúan los combates.
Pese a la progresión de los «gadafistas» hacia el este, el coronel aseguró que «Ajdabiya no caerá» y recordó que es una de sus líneas de defensa pero no la única.
Todo esto ocurre después del veloz avance rebelde del pasado 27 de marzo, cuando los revolucionarios recuperaron en una sola jornada cuatro ciudades -Ajdabiya, Ras Lanuf, El Aguila y Ben Yauad-, aunque el martes comenzaron a retroceder por los bombardeos de la artillería de las fuerzas progubernamentales.
Armamento pesado
Bany reveló que las tropas de Gadafi están apoyadas por una fuerza de entre 3.200 y 3.600 soldados de la Guardia Republicana chadiana, bajo el mando del vicedirector de la Seguridad Nacional de Chad, Isa Bahar, primo del presidente Idris Deby.
«Es una fuerza muy preparada con armamento pesado y altamente mecanizada», describió el coronel, al tiempo que reconoció que las milicias de voluntarios rebeldes sólo disponen de armas ligeras.
Por otra parte el ministro de Asuntos Exteriores libio, Musa Kusa, se marchó del país magrebí, aseguró la cadena de televisión catarí Al Yazira, que cita fuentes propias, y afirmó que ha huido en dirección a un país europeo.
En Bengasi, capital de los rebeldes libios, cerca de un centenar de personas congregadas en la céntrica plaza de los juzgados estallaron en júbilo y aplausos al conocer la noticia a través de la gran pantalla instalada en el lugar con la emisión continúa en directo de Al Yazira.
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