El presidente ruso, Dmitri Medvédev, condicionó ayer la participación de Rusia en un escudo antimisiles con la OTAN a que esa colaboración se desarrolle «en pie de igualdad y con transparencia».
El mandatario ruso afirmó que Moscú tiene que analizar «qué va a ser» ese sistema antimisiles, del que afirmó que podría «romper el equilibrio». No obstante, aseguró que está dispuesto a estudiar la propuesta.
Medvédev destacó que en el mundo actual los países son «interdependientes», y las decisiones de unos influyen sobre los demás, por lo que advirtió que si no se llega a un acuerdo en torno a la defensa antimisiles en diez años «habrá una nueva carrera nuclear», lo que, dijo, no beneficiaría a nadie.
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