A tal fin, un 'ejército' de 6,5 millones de encuestadores comienza ayer a visitar a 400 millones de familias del país para elaborar un censo lo más exacto posible, recopilando además datos sobre sexo, ocupación y nivel educativo.
Cada diez años
El censo, calificado por algunos medios chinos como «la mayor movilización social en tiempos de paz», es el sexto que se llevará a cabo en el país desde el inicio del régimen comunista en 1949, y es elaborado por el Buró Nacional de Estadísticas.
El anterior, elaborado en 2000, situó la población china en 1.295,33 millones de habitantes, aunque ahora se calculan unos 1.340 millones, cifra que se detallará con más exactitud en abril de 2011, cuando Pekín publique los resultados.
La principal novedad del censo 2010 es la inclusión en él de residentes de Hong Kong, Macao, Taiwán y extranjeros, con lo que el país estudiará por primera vez en detalle la inmigración foránea en un momento en el que se abre gradualmente al exterior.
Además, por primera vez el censo tendrá en cuenta a los residentes chinos no por el lugar donde oficialmente están empadronados, sino por el sitio donde viven en realidad, un cambio crucial en un país donde hay más de 100 millones de emigrantes rurales en las ciudades.
La tarea entraña no pocas dificultades, ya que muchos de esos inmigrantes no están registrados en las ciudades donde trabajan, porque sencillamente no se les permite.
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