El primer ministro británico, David Cameron, uno de los países que ya se ha mostrado reacio a la medida impositiva. g Foto EFE | Efe

La Comisión Europea (CE), impulsada por Alemania, anunció ayer que el próximo miércoles reabrirá el debate sobre la creación de un impuesto ecológico a escala europea.
El Ejecutivo comunitario tiene previsto presentar una propuesta final sobre la revisión de la directiva sobre fiscalidad de la energía tras el debate que mantendrá el colegio de comisarios la semana próxima, confirmó uno de sus portavoces que no pudo, no obstante, concretar una fecha.
El objetivo es introducir en la Unión Europea (UE) un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquellos sectores no incluidos en el sistema de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés), como el transporte o la vivienda.
El comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, que heredó esta tarea de su predecesor, Laszlo Kovacs, no cuenta de momento con el respaldo de todos los miembros del Ejecutivo de la UE.
Polémica
Además, si la propuesta llega a abrirse paso dentro de la propia Comisión, requerirá, como todas las decisiones sobre fiscalidad, la aprobación por unanimidad de todos los países comunitarios.
Reino Unido, Irlanda y Polonia son algunos de los Estados miembros que, por distintos motivos, podrían oponerse a la medida, según advierten diversas fuentes comunitarias.
Mientras británicos e irlandeses se han mostrado reacios en repetidas ocasiones a que la fiscalidad sea una cuestión que se decida a escala comunitaria en lugar de nacional, Varsovia alberga inquietud respecto al impacto que este impuesto podría tener en su industria, ya que el carbón -muy usado en Polonia- sería uno de los combustibles que resultaría más penalizado.
Sin embargo, Semeta se ha mostrado convencido desde que asumiera cargo en febrero, de que la medida tendría un impacto positivo y facilitaría la consecución de los objetivos medioambientales que se ha marcado la UE.
«Impulsaré la finalización de la revisión en curso de la directiva sobre la fiscalidad de la energía», aseguró Semeta el pasado mes de marzo, cuando recordó que «combatir el cambio climático y racionalizar el consumo de energía están entre las prioridades de la UE».
Los países nórdicos ya aplican este tipo de tasa en el ámbito nacional y otros como Francia llevan tiempo considerando su introducción, por lo que todos ellos apoyan la extensión de una medida a toda la UE porque, entre otras cosas, les beneficiaría desde el punto de vista de la competencia.