El poderoso Central World de Bangkok quedó totalmente destruido por las llamas durante los disturbios. | Reuters - CAREN FIROUZ
El Ejército tailandés puso ayer fin a las protestas del movimiento opositor de los 'camisas rojas' tras la ofensiva final lanzada contra su campamento del centro de Bangkok, que concluyó con al menos 15 muertos y la rendición y detención de los principales líderes de la revuelta. El conflicto, que comenzó el pasado 12 de marzo con las manifestaciones de la oposición para reclamar la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas, ha causado al menos 65 muertos y más de mil heridos.
Pese a todo, los disturbios continuaban en distintos puntos del país, el poderoso Central World de Bangkok -el segundo centro comercial más importante del sureste de Asia- quedó totalmente destruido por las llamas y el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, decretó el toque de queda nocturno en la capital, extendido a otras 21 provincias.
Atrincherados
La ofensiva comenzó de madrugada, cuando numerosos soldados y vehículos blindados del Ejército atacaron el principal distrito comercial de Bangkok, Silom Road, en el que alrededor de 5.000 manifestantes del Frente Unido por la Democracia y contra la Dictadura continuaban atrincherados.
Durante la operación murieron al menos 15 personas y 50 resultaron heridas. Al menos tres periodistas extranjeros que estaban cubriendo los enfrentamientos resultaron heridos. Uno de ellos, un fotógrafo italiano, fue alcanzado y falleció posteriormente en el hospital. «La situación general está bajo control», declaró el portavoz del Ejército, Sansern Kaewkamnerd, en un mensaje televisado. «Las fuerzas de seguridad han puesto fin a su ofensiva», añadió. Poco antes del anuncio del Ejército, la televisión mostró en directo las imágenes de cuatro líderes de los 'camisas rojas' en poder de la policía.
Uno de los cuatro detenidos es Jatuporn Prompan, quien minutos antes se había dirigido a los manifestantes en el mismo lugar de las protestas. «Os pido disculpas por todo, pero no queremos que haya más pérdidas», proclamó. «Yo también estoy deshecho, me rindo», manifestó. Otro de los dirigentes detenidos, Nattawuk Saikua, pidió a los 'camisas rojas' a través de un altavoz que regresasen a sus casas y pusiesen fin a las protestas. En ese momento ya había sido detenido por la policía.
Entretanto, las protestas persistieron en los alrededores de la capital y en al menos siete provincias tras la rendición de los líderes de los 'camisas rojas'.
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