El líder conservador, David Cameron, defendió el «cambio» en Reino Unido frente a su rival y actual primer ministro, Gordon Brown, que salió indemne del primer debate electoral de la historia del país a pesar de sus escasa fotogenia, aunque quedó eclipsado por la juventud y la frescura del líder liberal demócrata, Nick Clegg.
En un ágil debate estructurado a partir de las preguntas realizadas por ciudadanos elegidos como muestra representativa de la sociedad británica, los tres candidatos primerizos a ocupar el número 10 de Downing Street mostraron cuáles son sus cartas desde el principio, en un cara a cara seguido por millones de telespectadores británicos.
«La prosperidad para todos» de un Brown empeñado en defender su política de estímulo frente al recorte de gasto de los conservadores; el mundo «justo» de un líder liberal demócrata que se hizo un hueco con un discurso de crítica a los dos grandes partidos, y el cambio del líder torie, consciente en todo momento de su condición de favorito, según TVE.
Desconcertado
Quizás por este motivo, Cameron empezó desconcertado ante el empuje de un Clegg que le quitó de repente la imagen de candidato joven y fresco. «Creo que tenemos una excelente oportunidad para hacer las cosas diferentes por una vez. Si es así, podemos crear una sociedad justa, el país justo que todos queremos», comenzaba proclamando el líder liberal, al que las encuestas le dan un 20% y que puede tener la llave en el próximo parlamento.
Por eso, Gordon Brown se empeñó en lanzarle multitud de guiños, incluso dando por hecho que ambos estaban de acuerdo en su proyecto de reforma de la Cámara de los Lores y del sistema electoral, una petición que durante años han hecho los liberal-demócratas y que ha saltado al primer plano de la preocupación de los británicos con el escándalos de los gastos sin justificar de los diputados.