El primado de la Iglesia católica irlandesa, Sean Brady (c), junto a otros obispos, durante la conferencia de ayer en Radio Vaticano. | Reuters - MAX ROSSI
Benedicto XVI ha calificado los abusos sexuales de curas irlandeses a niños de «crimen atroz» y ha exigido que se afronte el problema con «decisión y determinación» a los obispos de ese país, quienes han mostrado su disposición a colaborar con las autoridades civiles.
«El Papa considera que el abuso sexual de niños y jóvenes no es sólo un crimen atroz, sino también un grave pecado que ofende a Dios y hiere la dignidad del ser humano», señaló la Santa Sede tras los dos días de reuniones del Pontífice y cardenales de la Curia con veinticuatro obispos irlandeses, llamados al Vaticano para adoptar medidas contra este escándalo.
El encuentro se celebró en un ambiente de «franqueza» y el papa Ratzinger exigió a los obispos, en su línea de «tolerancia cero» con estos casos, que aborden el problema «con determinación y decisión, con honestidad y valentía». Aunque reconoció que «esta dolorosa situación» no se resolverá «rápidamente», expresó su esperanza en que la reunión haya contribuido a que los prelados, unidos, puedan dar «pasos concretos» para consolar a las víctimas y devolverles la confianza.
Descrédito
Benedicto XVI abogó por que esas medidas que tienen que tomar los prelados «restablezcan la credibilidad moral y espiritual de la Iglesia».
El Papa hizo hincapié en la necesidad de una profunda reflexión teológica y la mejora de la preparación humana, espiritual, académica y pastoral tanto de los seminaristas como de los sacerdotes ya ordenados para que no se vuelvan a repetir casos como éstos. Durante la reunión, el Pontífice mostró la carta que el pasado mes de diciembre prometió enviar a los fieles católicos irlandeses, en la que les indicará «claramente», según dijo, las iniciativas adoptadas para responder a la situación. Esta carta será publicada en fechas próximas en las iglesias de Irlanda.
Los obispos irlandeses, por su parte, expresaron el «dolor, rabia y vergüenza» por estos casos y por el daño causado a los niños. También reconocieron la «indignación» causada a los laicos y «enfatizaron su compromiso de colaborar con las autoridades civiles» de Irlanda.
La Iglesia irlandesa se enfrenta al eventual pago de fuertes indemnizaciones millonarias, que fuentes locales han fijado ya en 200 millones de euros. En el texto se reconoce que la Iglesia irlandesa fue «incapaz» de «actuar con eficacia» y de impedir los abusos contra centenares de menores por parte del clero local.
2 comentarios
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Un mensaje de esperanza a cuantos miembros de familias irlandesas y de otras partes de nuestro globo han sido castigadas por abusos sexuales de la iglesia católica, sería, que el representante del Vaticano diera por acabada esta larga e histórica legislatura de terror, sometimiento, abusos, engaños, conspiraciones, etc., y en un acto de "mea culpa" adoptar todas las medidas necesarias para que esta institución reconozca su alejada vinculación al cristianismo originario. Desde Mallorca, los obreros y obreras que formamos la iglesia pobre, instamos al dirigente de esta organización a que devuelva el cristianismo a los pobres, a los obreros, a la clase trabajadora, a los esclavos por los cuales Jesús de Nazareth tanto se comprometió siendo uno de ellos. El catolicismo nunca ha sido el cristianismo de Jesús, y por ello los pobres, nuestros hijos, –víctimas de esa institución durante siglos–, y la historia rechazamos cualquier excusa que se desprenda de esa organización. El cristianismo es y siempre ha sido sencillez de vida natural; no de religión, sino de integridad y evolución integra del espiritu humano; no de ritos, dogmas, creencias, etc. sino de libertad espiritual; no de templos, riqueza y adoración humana sino de apertura de mente, de universalismo y crecimiento espiritual individual cada uno en su casa, en su vida, con su familia, amigos, vecinos. Así fue en el principio, así lo heredamos y mantuvimos vivo los descendientes de los primeros cristianos llegados a Mallorca poco tiempo después de la muerte del rabí de los pobres, asi ha sido siempre durante siglos, a pesar de las persecuciones, abusos, engaños y muerte que esta organización ha producido a nuestros descendientes y a muchos pueblos. Es imposible a estas alturas saber lo extendidos que están los casos de abusos sexuales a niños sujetos a la tradición y moralidad católica, pero sin duda, ni las excusas ni los perdones públicos borrarán el dolor que esta organización ha causado y causa en el silencio a muchos de sus fieles, y sin duda a los más pequeño e indefensos, los niños. Una organización que se encuentra frente a este hecho, es una organización muerta que debería deshacerse de inmediato, por respeto, por dignidad, por justicia. José Méndez Un obrero de la Iglesia Pobre de Mallorca