Ajustada victoria de Basescu en las presidenciales rumanas

Geoana ha obtenido el 49,7% de los votos, y los datos confirman un vuelco en las previsiones, ya que la mayoría de los sondeos a pie de urna daban como ganador a este candidato por un estrecho margen y sólo uno otorgaba la victoria a Basescu. A lo largo de la tarde del domingo, día de las elecciones, ambos aspirantes a la Presidencia se proclamaron vencedores de los comicios.

Acusaciones de fraude

«He ganado como en 2004. Millones de rumanos han demostrado que optan por la modernización de Rumanía», afirmó Basescu. A la proclamación de victoria de Basescu le siguió la de Geoana, que dijo a sus seguidores que la del domingo fue «una bella noche para la democracia rumana». «Juntos, hemos ganado», añadió. Aunque Geoana no haya aceptado la derrota, el que era su candidato a primer ministro, Klaus Johannis, sí lo hizo al declarar en una rueda de prensa: «Mi camino acaba aquí».

Sin embargo, el vicepresidente del Partido Socialdemócrata, Liviu Dragnea, afirmó que esta formación política tiene «pruebas de fraude». «Los sondeos a pie de urna» -que indicaban que el ganador de los comicios era Geoana-, «el alto número de votos anulados, el turismo electoral masivo y otras cosas nos fuerzan, obviamente, a impugnar los resultados», explicó.

Basescu, que en las dos últimas encuestas sobre intención de voto se situaba ocho puntos porcentuales por debajo de Geoana, debe su victoria al apoyo de los rumanos que viven en el extranjero, ya que tres cuartas partes de las 148.000 papeletas que han depositado eran a su favor. Esta parte del electorado también le respaldó firmemente en la primera ronda de los comicios, celebrada el pasado 22 de noviembre.

Un país polarizado

Estas elecciones presidenciales han sido unas de las más importantes para Rumanía desde que el dictador estalinista Nicolae Ceausescu fue derrocado hace 20 años y las primeras desde que en 2007 entró en la Unión Europea. Su resultado, según los analistas, refleja el polarizado debate sobre las reformas para mejorar la economía y eliminar la corrupción en un país clasificado como el segundo más pobre y el más corrupto de la Unión Europea.

Los analistas creen que a Basescu le resultará complicado formar Gobierno con otros grandes partidos a los que se ha enfrentado en numerosas ocasiones durante su anterior mandato en relación con las medidas anticorrupción.