Ignacio Vasallo
Ignacio Vasallo

Fundador y primer director de Turespaña

Trump y el turismo

TWL

Los primeros perjudicados por la política de Trump son sus amigos. También se verá afectado el turismo americano a Europa. El conjunto de medidas agresivas contra el resto del mundo conlleva consecuencias de todo tipo, unas previstas y otras no y amenazan a un sector tan importante a nivel mundial y especialmente en España, como el del turismo.

Pero antes de llegar a ese punto, los efectos negativos los están sufriendo los amigos de Trump. Elon Musk ha visto como las acciones de Tesla se están derrumbando. Las ventas de su marca –en América los potenciales compradores son liberales de ambas costas- han caído fuertemente en todos los mercados.

La eliminación de USAID, que no se dedicaba solo a la ayuda al tercer mundo, ha terminado con las subvenciones de esa organización a grupos anticastristas de Florida. La incertidumbre respecto a la financiación de Medicaid, el programa de atención sanitaria subvencionada afecta en Florida a una buena parte de la población de origen cubano tan determinante en las elecciones presidenciales. El anuncio de que el inglés se convertirá en la lengua oficial de los Estados Unidos está generando preocupación en la población hispana que teme que los medios en español no puedan sobrevivir.

Los desorbitados aranceles del 200% a las bebidas alcohólicas procedentes de Europa afectarán severamente al gran amigo de Trump y principal exportador de champán a Estados Unidos en valor económico, Bernard Arnault, propietario de LVMH la empresa que incluye a Moët Chandon y Veuve Clicquot.

En lo que se refiere al turismo hemos tenido un año sobresaliente. El turismo emisor procedente de Estados Unidos ha crecido hacia todo el mundo, pero especialmente hacia Europa por motivos diversos, entre los que hay que destacar la favorable paridad del dólar frente al euro y otras monedas europeas y la puesta en funcionamiento de los nuevos aviones de pasillo único de largo radio que permiten vuelos entre ciudades de tamaño medio americanas y europeas, más baratos de operar y más fáciles de llenar.

El año pasado los residentes en Estados Unidos realizaron más de 4 millones de viajes a España e incrementaron notablemente su gasto. Por supuesto una parte importante de esa cifra fueron cruceristas que embarcaron o desembarcaron en Barcelona. Sin embargo, los mensajes que estamos recibiendo este año son negativos. Las guerras de los aranceles provocarán inflación en Estados Unidos, lo que dificultará que la Reserva Federal baje tipos. Algunos asesores del presidente son partidarios de un dólar bajo con las previsibles consecuencias para las corrientes turísticas hacia Europa. Las principales compañías aéreas ya están percibiendo una disminución en la demanda interior y están sufriendo en la bolsa.

La debilidad se debe a varios factores entre ellos la lógica disminución de viajes de los empleados gubernamentales y la incertidumbre de los consumidores en general. Los americanos que viajan a Europa tienen un bajo índice de repetición. A la menor dificultad optan por no viajar en ese momento.
El turismo, por definición, es globalista mientras que el Trumpismo es localista como su propio slogan Make America Great Again nos indica. El resto del mundo no les interesa. Durante los años que dure esta situación tenemos que estar preparados para sufrir una disminución del número de turistas americanos que nos van a visitar.