Cuando se hacen estos anuncios de lluvia de millones siempre hay que esperar para poder conocer las acciones concretas en los que se invertirán. Considero una de las áreas que tendrían recibir atención dentro de estos fondos es la implementación de planes de circularidad en establecimientos turísticos, que pueden jugar un papel fundamental en la reducción de residuos, y para el cálculo y reducción de la huella de carbono.
Además, los fondos podrían servir para fomentar certificaciones medioambientales que garanticen que los hoteles y otros alojamientos cumplen con los estándares de sostenibilidad. Estas certificaciones no solo mejoran la imagen del destino, sino que también atraen a turistas más conscientes del impacto ecológico de sus decisiones. La implementación de sistemas de eficiencia energética, el uso de energías renovables y la gestión responsable del agua son algunas de las medidas interesantes que también podrían financiarse a través de estas ayudas.
La formación es otro aspecto crucial que debe ser abordado. Con el objetivo de lograr una transformación efectiva en el sector, es fundamental que los profesionales del turismo reciban capacitación sobre sostenibilidad y gestión ambiental.
Es vital que los fondos no solo se utilicen para proyectos aislados, sino que se cree una estrategia integral que involucre a todos los actores del sector turístico: desde el alojamiento hasta las actividades y servicios ofrecidos a los turistas. De este modo, Balears podrá consolidarse como un destino turístico sostenible de clase mundial, sin perder su esencia ni comprometer su futuro.